Cuando Rafael Freire recibió el pasado 13 de noviembre el tránsfer de la Confederación Brasileña de Baloncesto que le permitía actuar como jugador español a todos los efectos se puso fin a un largo periplo de despachos y negociaciones. Era el final de una pesadilla que acabó con final feliz. El base nacido el 11 de febrero de 1992 –cumplirá en tres días los 18 años– ya podía jugar al baloncesto. Bien con el Clínicas Rincón bien con el Unicaja, un derecho que la burocracia le había birlado en toda la pasada temporada.

A partir de entonces, el club comprendió que lo que el chico necesitaba era disputar muchísimos minutos. Cuantos más mejor. Y así paliar la flagrante falta de partidos y de competición vividos durante el último curso. De hecho, ese mismo 13 de noviembre, cuando la Federación Española recepcionó el accésit que daba vía libre a que Freire actuara como español seleccionable, el base debutó con el Clínicas Rincón en casa ante el Melilla: 45-68. Freire actuó 17:29 minutos en los que anotó 3 puntos.

La joyita de la cantera de Los Guindos, el único joven que se ha entrenado con asiduidad con el Unicaja desde la llegada de Aíto García Reneses, ha vivido desde entonces un deambular de equipos. A caballo entre la Liga ACB y la LEB Oro, a las órdenes de Aíto un día y de Paco Aurioles, técnico del filial, otro. Pero, lo más preocupante, con escasos partidos y competición. Freire parece saturado y superado por su situación.

Desde que nació este año 2010, el joven tan sólo ha disputado los partidos con el Unicaja. El problema es que sólo ha promediado 10 minutos por encuentro. Es más, García Reneses tan sólo le ha utilizado en ocho de esos diez encuentros. Y aunque en el club no se cansan de decir que lo que el chico necesita es tener minutos, Aurioles no lo ha podido utilizar en los cuatro encuentros de estas últimas cinco semanas. Ni contra La Palma ni ante el Tenerife ni frente a Girona ni con el CAI.

Dowdell, su tumba. Freire, según parece, se ha ganado una plaza de pleno derecho con el Unicaja. Aunque no figure en la plantilla oficial del equipo que se facilita en la web del club, lo cierto es que la llegada de Dowdell ha eclipsado su participación. Desde que aterrizó el nuevo americano, que debutó ante el Suzuki Manresa, Freire ni siquiera disputó un solo minuto ya en ese duelo. No llegó a los cinco minutos ante el CSKA en Moscú, se quedó en 8:31 frente al Madrid, volvió a estar inédito con el Asecco y ante el Lagun Aro, a pesar de la paliza, sólo disputó los últimos 4:47.

El discurso empleado por los responsables del Unicaja y refrendado por García Reneses en sus comparecencias públicas no se ajusta para nada a la realidad. Los hechos son bien diferentes. Hay un dato muy esclarecedor. Desde que Freire tiene el tránsfer en la mano podría haber estado presente en 35 partidos –simultaneando Unicaja y Clínicas–, pero sólo ha sumado minutos en 17. De esas 35 actuaciones, 22 corresponden al Unicaja y otras 13, al Clínicas Rincón. El filial, ahora sin Adri Fuentes, necesita un base. Sorprendentemente, Rafael se ha quedado en el primer equipo y no ha compaginado la ACB y la LEB.

De él se espera muchísimo. Aunque quizá el galimatías que el joven de ya casi 18 años haya frenado su progresión. De los 17 encuentros en los que ha participado, 10 corresponden al Unicaja. De ellos, seis son de Liga ACB y cuatro de Euroliga. En la competición nacional, Freire ha promediado 12:00 minutos con 3,7, 1,3 rebotes, 1,2 asistencias y 3,8 de valoración. En el torneo europeo, el hispanobrasileño acumula 10:01 minutos, 2,5 puntos, 0,8 rebotes, 0,8 asistencias y 3 de valoración. En los 10 partidos con el Clínicas Rincón en la LEB Oro, Freire ha dispuesto de 20:13 minutos, 5,9 puntos, 1,6 puntos, 1,7 rebotes y 2 de valoración. Números muy lejos de lo esperado.