Una estrella se apaga en el firmamento del fútbol malagueño y en pocas semanas pasará a engrosar la dorada leyenda de ex jugadores. Es el hombre que nació como Sebastián Fernández Reyes, pero que el fútbol le encumbró como Basti, el malagueño nacido para hacer historia en el Málaga.

El delantero paleño cuelga las botas y dice adiós al fútbol en activo tras 20 años como profesional. Ayer anunció en los micrófonos de Onda Cero su humilde e inesperada despedida. Cierra la puerta a una carrera de entrega y de fútbol casi imposible de igualar. "Pienso que es el momento de retirarme y no puede ser más bonito que jugando la liguilla de ascenso con el CD El Palo, que sería histórico. Creo que no se puede hacer más. He logrado una cosa histórica que es acompañar al CD El Palo de Regional a Segunda B, bueno, estamos en ello, pero se conseguirá", asegura el goleador que llegó el club de su barrio en la temporada 2007.

Evidentemente, Basti, a sus 35 años, tiene muchas heridas de guerra que también le han empujado a tomar la delicada situación. "Tengo muchos problemas de gemelo que me impiden jugar sin dolor. También hemos pasado un año bonito, pero el tema económico nos ha echado para atrás. Pero sobre todo es el tema físico", afirma.

Sin embargo, no ha sido una decisión fácil. Basti es todo un símbolo en el malaguismo, pero en El Palo es un Rey. Ahí, entre su gente y su familia, se fraguó la idea. "La decisión ha sido hace poco. Cuando se lo comenté a mis compañeros me dijeron que siguiera un año más. Mis hijas tampoco quieren, porque vienen a verme y se lo pasan muy bien y se divierten. Pero bueno, la decisión está tomada. He disfrutado mucho jugando al fútbol, pero llega un momento en el que hay que decidir", asegura.

"Realmente voy a seguir jugando, a ver si me hacen un hueco en los veteranos del Málaga, algún torneíllo... Jugar voy a jugar, pero no de manera profesional. En el plano deportivo estoy convencido de que vamos a jugar la liguilla y decir adiós al fútbol. La familia no está muy de acuerdo, pero ya es hora".

Basti, sin embargo, hace un rápido balance y no duda al contestar. "Ha merecido la pena. El Málaga me ha dado una educación perfecta tanto dentro como fuera del campo. Jamás me voy a arrepentir. El fútbol me ha dado la vida y yo se la he dado al fútbol. Evidentemente todos tenemos que seguir entrenando y jugado porque no somos ´Ronaldos´ ni nada de eso. Hay que seguir".

Mejores momentos. La memoria de ´Van Basti´ no olvida. Y es que 20 años dan para mucho y sobre todo para un hombre que es historia viva del fútbol español. Basti no sólo ha jugado en todas las categorías, sino que ha conseguido ascender a todas ellas. "Destacaría de mi carrera el primer gol que metí con el CD Málaga con Juanito en el Mérida de entrenador y de portero estaba Cañizares. Cuando subimos con el Atlético Malagueño a Segunda B. Con la selección andaluza quedamos campeones de España en el Bernabéu. Con el Albacete fue impresionante. Y por supuesto los ascensos con el Málaga. Todos los ascensos los he vivido como el último", apunta emocionado.

Lo que sí está claro es que Basti quiere una despedida por todo lo alto. El goleador tiene previsto reunirse en breve con sus ex compañeros Fernando Sanz y Sandro para intentar disputar en La Rosaleda un partido entre el Málaga CF, el CD El Palo y el Atlético Malagueño contando con ex jugadores de ambos equipos. "Sería mi despedida perfecta", sueña.

Ahora el paleño intenta seguir jugando el partido más importante, el de su vida. Ha encontrado trabajo en una empresa de bodegas de vino y ahí quiere ´marcar´ sus próximos goles. "Hay que prepararse también psicológicamente. Es complicado, pero llega un momento en el que te tienes que plantear otra cosa como el trabajo o la familia. Yo voy a tratar de estar estable en un trabajo fuera del fútbol. Estoy seguro que echaré de menos entrenar", lamenta el eterno goleador.