La sampedreña Noemí Jiménez, a sus 20 años, va camino de incorporarse a esa nómina de referentes internacionales que han logrado exportar el nombre de la Costa del Sol a través del golf. Como tarjeta de presentación, la jugadora de Guadalmina ya puede presumir de haber cerrado su glorioso 2014 como la tercera jugadora no profesional de toda Europa. Desde la Universidad de Arizona State, donde cursa estudios de Turismo y Negocios, indica que ha cuajado un «año muy consistente».

Noemí irrumpió el pasado mes de julio en el panorama europeo, tras acariciar el título continental en la modalidad individual. En una competición casi inmaculada, celebrada en Estonia, la malagueña no fue doblegada hasta el desempate final. «Me dio rabia que se me escapara el oro después de jugar tan bien todo el torneo, pero me quedo con la medalla de plata y el hecho de haber superado un segundo año increíble, en el que ya gané dos torneos individuales y dos por equipos», afirma.

Es cierto que ya 2013 apuntaba a lo que podría venir durante esta temporada. Un palmarés que no deja de crecer y al que se le suman unas notas sobresalientes en estos tres últimos cursos. De hecho, forma parte del equipo nacional de estudiantes académicos de Estados Unidos. «Llegué a plantearme estudiar fisioterapia, pero requiere tantas prácticas que no iba a tener tiempo para entrenar. Tenía decidido jugar al golf y era primordial una buena adaptación», señala.

Para esta promesa del golf mundial, sus modelos a seguir «sin lugar a dudas», son Miguel Ángel Jiménez y Azahara Muñoz. «Hacen que tenga aún más motivación por llegar hasta donde han llegado ellos y sobre todo te enseñan que en el golf hay que tener paciencia, ser muy humilde y trabajador: lo que ambos cumplen a la perfección», argumenta la costasoleña.

Uno de los aspectos más importantes para Noemí es que esta tercera posición de 2014 en el Ranking Amateur Europeo Femenino de la Asociación Europea de Golf (EGA) le abrirá las puertas para el próximo año en importantes torneos internacionales. Ya durante la presente campaña alcanzó, entre otros éxitos, los cuartos de final del prestigioso British Ladies Amateur o el subcampeonato de España, con un apasionante duelo con la barcelonesa Camilla Hedberg.

Comenzó con sólo seis años

Su día a día en Arizona está condicionado por las temperaturas extremas que se registran en dicho estado norteamericano. Normalmente entrena a primera hora y la franja dedicada al gimnasio se fija en las horas de mayor calor. Por la tarde recibe sus clases en la universidad, con la ventaja de que existe plena flexibilidad horaria: «Nos permiten que demos el 100% en el golf como en los estudios».

Sobre sus comienzos en el golf, reconoce que empezó a entrenar de una manera «más seria» a los seis años de edad: «Pero desde que tenía apenas un año ya veía a mi padre pegarle y entrenar desde el carrito. Siempre estaba cogiendo cosas que se asemejaran a un palo de golf y lo que se pareciera a una bola de golf para ponerme a dar bolas. El golf ha sido parte de mi vida casi desde que nací», explica.

De momento no se pone límites, aunque insiste en que prefiere ir sin prisas, paso a paso, para consolidar su capacidad competitiva y no saltarse etapas de forma prematura. «Mi sueño para los próximos años seria intentar jugar algún LPGA o conseguir título grande como amateur, antes de pasarme a profesional. También intentaré ganar algún torneo más en la universidad. Más a largo plazo sería importante jugar en el LPGA y quién sabe si podré algún día ganar grandes en el golf, entre las mejores», comenta.

En una provincia como Málaga, donde existe una de las mayores concentraciones de todo el planeta de campos de golf de primer nivel, cientos y cientos de niñas podrían empezar a fijarse en los pasos seguidos por Noemí Jiménez, como en su día ella tomó buen ejemplo de su paisana y amiga Azaraha Muñoz. A ellas les recomienda que afronten el deporte con «pasión» y que crean en que pueden alcanzar los sueños y metas que se propongan. «Pero no deben olvidar que para hacerlos realidad hay que trabajar muy duro», explica.

«Ver luego cumplidos esos sueños merece todo el esfuerzo, ya que pocas cosas en la vida te dan tanta felicidad como el hecho de lograr un triunfo o verte allí arriba». Son las palabras de una mujer que no obstante, sigue «con los pies muy en el suelo». Todo un ejemplo.