El Palacio de los Deportes de Málaga ya tiene 15 años. La instalación deportiva más emblemática del Ayuntamiento de la capital ha vivido, desde su nacimiento, pegada a la polémica. Y es que apenas unos meses después de su flamante inauguración, el 4 de septiembre de 1999 en un Unicaja-FC Barcelona, se cerró de urgencia por movimientos en los cimientos y grietas en la cúpula. Tras su reinauguración, en septiembre de 2000, pasó a llamarse José María Martín Carpena en honor al concejal asesinado por la banda terrorista ETA. El Palacio se ha ampliado en varias ocasiones. Nació con 8.500 plazas, luego pasó a tener 8.900, después 9.750 asientos y ahora posee 10.800 localidades, aunque el proyecto presentado en su día por el arquitecto Santiago González contempla la opción de una nueva modificación para llegar hasta los 13.000.

Lo cierto es que con el aforo actual le basta al Unicaja y al propietario municipal de la instalación, que gestiona también conciertos de música y otro tipo de espectáculos deportivos y culturales. Sin ir más lejos, el Carpena está ocupado estos días -de forma literal- por el musical «Violetta». La convivencia se sobrelleva bien. El Unicaja se entrena en estos días en la pista auxiliar, aunque la gran pega son los problemas que van surgiendo casi semanalmente por el deterioro y el uso de la instalación.

Sin ir más lejos, ayer se estaban cambiando las tuberías del agua caliente y los jugadores tuvieron que ducharse con agua fría en pleno mes de enero. Y eso que el equipo ha estado sin usar el Palacio seis jornadas... pero ayer fue el día elegido para realizar el cambio.

Los problemas van apareciendo y conforme surgen se solucionan. Se vivieron varios años en los que una tormenta servía para que las dos pistas se llenaran de goteras, algo que se subsanó felizmente hace varios años tras la reforma del Palacio y su actual ampliación hasta las casi 11.000 plazas, más la compra del videomarcador.

El Carpena, a oscuras. Sin duda, todas las alarmas saltaron el pasado domingo, día 4, cuando antes del comienzo del Unicaja-Obradoiro un apagón dejó totalmente a oscuras el Palacio. Un incidente muy desagradable que dejó al descubierto la falta de planificación y un plan adecuado en el Palacio ante este tipo de situaciones. Este periódico habló ayer con el concejal de Deportes del Ayuntamiento, Pepe del Río, que explicó que se «han detectado los errores existentes» y que «se está trabajando en un plan de coordinación interno para que no se vuelva a repetir». «Lo que sucedió es evitable y no se va a volver a repetir. Quiero agradecer la colaboración del público, por su gran actitud y su tremenda educación en una situación tan complicada, y también al Unicaja», señaló el edil popular.

El propósito del Consistorio ahora es realizar nuevos cambios en el Palacio. Alguno ya ha llegado. En el comienzo de temporada se vivió otro episodio estrambótico y de malestar, ya que el aire acondicionado no funcionó en toda su intensidad en el debut del curso 2014/15 y eso provocó temperaturas elevadas en el Palacio.

«Se ha realizado una inversión de 300.000 euros en toda la maquinaria que ya está instalada y en funcionamiento», explica Del Río. Las máquinas de enfriamiento ya están colocadas y a pleno rendimiento, por lo que tampoco se repetirán los episodios de calor sofocante en la pista auxiliar padecidas en verano, del que el Unicaja se quejó amargamente en pretemporada.

Nueva iluminación en el parqué. La próxima obra que se se va a acometer concierne a la iluminación en el interior y sobre el parqué, para adecuarse a la normativa de la Euroliga. Van a eliminarse los actuales focos por una nueva iluminación, más moderna y de ahorro, con las luces centradas en la pista, con las gradas algo más oscuras, para favorecer el tiro de cámara televisivo. El gasto ascenderá a 80.000 euros que, según el concejal, «se realizará a finales de este mismo mes». Otra gran noticia, desde luego.

Se están realizando esfuerzos para modernizar el Palacio. Hace justo un año, para la Copa del Rey, se adecentó el entorno, se pintó la fachada y se realizaron obras menores en exterior e interior. Aunque, tras 15 años de vida, todos los mimos resultan pocos. Sin ir más lejos, en los acceso de la zona norte, los que miran a la autovía, las dos rampas de acceso están totalmente precintadas, impidiendo así el acceso a personas con problemas de movilidad.

«El suelo ha cedido y hay un pequeño desplazamiento. La instalación y su estructura, según los técnicos, no corren ningún peligro. Ésa será la próxima intervención que afrontemos», explicó a este periódico. Son los achaques del Carpena, al que hay que mimar a diario.