Cada año 7.000 menores de entre cinco y 14 años sufren lesiones de gravedad por accidentes con las porterías, según la estadística de la Comisión Europea. La mayoría de incidentes son por golpes en la cabeza, el cuello, el pecho, brazos o piernas. Y no todo se queda en accidentes, sino que desde el año 2000, unos 18 menores de entre 3 y 16 años, han muerto en España por la caída de una portería de fútbol sala o canasta de baloncesto.

Para evitar esto, el malagueño Antonio González Cánovas, lleva años diseñando un sistema antivuelco para estos equipamientos habituales en parques y pabellones. Un sistema que actúa de contrapeso en caso de que se decida colgarse del larguero. «Con esto lo que hemos conseguido es que la portería en lugar de volver, retroceda, así evitamos el impacto de la estructura en la cabeza del individuo», afirma Antonio.

Este nuevo sistema es suministrado bajo la firma «Tutigool» y está diseñado para evitar accidentes durante el uso de las «porterías asesinas», que así se denomina a esta clase de equipamiento deportivo, que como ya se ha explicado anteriormente, está involucrado en numerosos incidentes con niños y adolescentes.

Antonio González asegura que la mayoría de los pabellones están en «completo abandono de los equipamientos deportivos, ya que se hace un mal uso de ellos, hay oxidación en los tornillos de las porterías, existe manipulación en el equipamiento y hay olvidos de colocar los sistemas de retenciones, entre otras cosas». El «inventor» costasoleño asegura que estos descuidos son algunos de los factores causantes de que se produzcan tantos incidentes de este tipo.

En las porterías normales y tradicionales, si el sistema falla, no hay un segundo elemento que contrarreste la caída, por eso es importante la utilización del doble sistema antivuelco permanente en el equipamiento.

«De esta manera siempre va a existir el tiempo de reacción que antes no existía, lo que he conseguido es que si alguien se vuelca con la portería, estos elementos den lugar a que se pueda reaccionar», asegura el malagueño.

«Con esto hemos conseguido que la portería siempre retroceda y eso evita el impacto de la estructura en la cabeza del niño», subraya Antonio.

En qué consiste

El pie de la portería se cubre por completo de una «almohada de caucho», que reduce el riesgo de sufrir lesión en el caso de que haya un golpeo contra ella en una jugada fortuita. Además, es un elemento que está comprobado que soporta frío y calor, con lo cual no se endurece la pieza y es mucho más duradera.

El doble sistema antivuelco, añade unos rodillos de rodamiento, que permite que la portería tenga un deslizamiento anterior a la inclinación, por lo tanto aporta más seguridad y permite el deslizamiento antes del impacto.

Además, este nuevo sistema dispone de un elemento antirrobo, que cubre en su totalidad la normativa del Consejo Superior de Deportes y consigue impedir una manipulación fácil por los usuarios del equipamiento.

El Comité Nacional de Fútbol Sala de la Federación española ya lo aprobó. Pero el «gran paso» como lo denomina Antonio González, fue este pasado 27 de junio. La Federación Internacional de Balonmano (IHF) aprobó el uso de sistemas de antivuelco para las porterías de este deporte. Por lo tanto, este sistema antivuelco ya puede aplicarse en cualquier competición regida por la Federación Internacional.

«Nos quedaba el paso más importante, que la IHF aprobase la aplicación de este sistema. En fútbol sala conseguimos dar la seguridad para evitar daños y nos quedaba conseguirlo en el balonmano. La ayuda del jugador estepeño Rafa Baena ha sido esencial, ya que fue el que lo presentó a la IHF a través de su Doctorado en Ciencias del Deporte», destaca el malagueño.

Con esto, Antonio González se muestra orgulloso de que «la seguridad llegue a todos los rincones del mundo por partes iguales». «Estos sistemas antivuelcos garantizan la seguridad del niño, aportan tranquilidad y además protegen al monitor, profesor, responsable técnico y cualquier persona», destaca.