El deporte vive un paréntesis inédito y en Málaga ya se establecen acciones acordes a la preocupante situación provocada por la pandemia del coronavirus. Mientras los contagios ascienden exponencialmente, los eventos deportivos cierran sus puertas y los deportistas dejan de practicarlo. El deporte rey, tanto masculino como femenino, ha parado incluso los entrenamientos. El Málaga CF, Málaga Femenino, Málaga CFMarbella FC. Toda práctica deportiva se deja de lado después de conocerse las medidas del Gobierno de Pedro Sánchez para controlar la epidemia, incluida la última de decretar el estado de alarma a partir de este mismo sábado.

La Real Federación Española de Fútbol propuso el parón de todas las categorías del fútbol español. Así lo asegura en un comunicado el ente presidido por Luis Rubiales: «Desde la RFEF entendemos que, en estos momentos, la prioridad es la protección de los futbolistas, de los entrenadores, de los árbitros y todo el personal de los clubes y de las federaciones que están implicados en las competiciones. Y por esta razón, recomendamos encarecidamente que todos los clubes suspendan también todos los entrenamientos colectivos de todos sus equipos mientras no existan competiciones oficiales».

Los equipos de la provincia malagueña, por tanto, no competirán ni entrenarán hasta el 31 de marzo, cuando se vuelva a evaluar la situación y se decida cómo sigue esta cuarentena. Aunque todo parece que habrá que seguir esperando. Aconseja desde la RFEF, además, que los clubes sigan «todas las indicaciones que se están dando desde las respectivas autoridades sanitarias, especialmente las acciones de aislamiento y estancia en los respectivos domicilios con movilidad mínima». Sin competiciones y sin horas de preparación para mantener la forma, la única vía para los deportistas serán los entrenamientos individualizados en sus propios domicilios, para estar en contacto con el menor número de personas posibles.

En los campos de cualquier barrio malagueño ya no se ven adolescentes con mochilas y vestidos de corto ni a niñas con un par de botas bajo el brazo. En el Estadio Ciudad de Málaga tampoco se verán a los de Sergio Pellicer tocando balón. Las instalaciones son lugares fantasmagóricos y lo serán durante días, con la consecuente incertidumbre de no saber cuando se podrá jugar de nuevo. Desde Primera y Segunda hasta prebenjamín, ninguna categoría va a librarse de unas medidas que requieren la responsabilidad de todos.

En este contexto, La Opinión de Málaga se ha puesto en contacto con Miguel Sánchez, delegado en Málaga de la Real Federación Andaluza de Fútbol (RFAF), que nos da una imagen por dentro de lo irremediable de todo esto.

«Es una medida de precaución en cualquier categoría», asegura, consciente de que la crisis del coronavirus tiene «una repercusión muy negativa» en el deporte. «Está afectando a todos, pero hay que ser positivos y pensar que, si otros países están superando esto, nosotros también», aporta.

El día 31 de marzo se decidirá si seguir posponiendo las competiciones, aunque cualquier decisión que se pretenda tomar en estos momentos resulta imposible de confirmar. «No podemos adelantarnos a los acontecimientos», asegura con prudencia Miguel Sánchez, que añade: «Esto es una medida momentánea que puede ir a más, esperemos que vaya a menos. Estaremos pendientes a los acontecimientos y nos iremos adaptando a las circunstancias».

La gran duda que sobrevuela a todo el gremio futbolístico es qué va a pasar con las competiciones. ¿Aplazamiento o suspensión? ¿Se jugarán los partidos cuando amaine y se controle el virus? Son cuatro los escenarios posibles. Disputar en otras fechas todas las jornadas que quedan, parapetando el calendario; que la temporada quede nula, por lo que no habría campeones y tampoco ascensos ni descensos; que se ponga fin a las ligas tal y como están (al ser la más injusta, es muy poco probable); y como última opción, dar por buena la primera vuelta. Descienden y ascienden los que quedaron en esos puestos a mitad de temporada.

Desde la RFAF informan sin seguridades ni certezas, aunque reconocen que «se barajan todas las opciones habidas y por haber». Miguel Sánchez prima la salud de los jugadores y el personal de cada club: «Esto es súper extraordinario. Cada equipo está muy mentalizado, el fútbol base sabe que tiene que parar». El deporte malagueño queda en pausa y a la espera de cómo vayan evolucionando los escenarios.