El Marbella FC ha iniciado una nueva temporada justo como acabó la anterior, con hambre y goles, capaz de hacer soñar a su afición. Y de primero, tras el empate a domicilio en la primera jornada, una «manita» ante su público. Además, el triunfo no pudo ser más coral, al anotar cada diana un ariete distinto. A la goleada matinal, ya conocidos los resultados del a tarde, un premio añadido: el liderato.

El choque ante el CD Marino canario no se decantó para la escuadra blanquilla hasta bien entrada la segunda mitad. Pero los primeros quince minutos fueron trepidantes para el espectador. Apenas se habían superado esos instantes de tanteo entre unos y otros cuando Rafa Tresaco superaba al guardameta David Ruso. Sin embargo, sólo cuatro minutos más tarde, un lance desafortunado en el área local permitió que de penalti empatase el visitante Ahmed.

Hasta el descanso, como en Algeciras, el Marbella FC dominaba y no era capaz de ampliar su cuenta. Tuvo que despertar después de la reanudación, a raíz de un paradón del arquero local Santomé. El duelo definitivamente cambió por entonces, al transformar Edu Ramos un obús desde fuera del área. Se había superado la primera hora de partido y el equipo de José Manuel Aira se sentía muy superior.

Con Juanmi Callejón y Gudiño en escena, otro recién incorporado como Álex Bernal se encargaría de asistir al delantero motrileño en la acción del 3-1. Faltaba un cuarto de hora y la alegría del público local congregado en el Lorenzo Cuevas resonaba lejos del estadio. Callejón saludaba a la grada en la celebración de su diana, consciente de lo que significaba esta vez.

Ya en el descuento, Carlos Blanco ampliaba la cuenta marbellí. Y no tardaba ni dos minutos en sucederse el quinto y definitivo tanto blanquillo, en esta ocasión materializado por Manel.