Otro punto de los que tienen sabor a victoria. El ataque de cinco con portero-jugador fue la receta elegida por Moli Carrasco para igualar el encuentro de la octava jornada de Liga (2-2) ante Industrias Santa Coloma. Hubo paciencia en los pinches del chef malagueño para cumplir con el mensaje indicado, circular el balón con la presión de ir quedándose sin tiempo y dar el toque especial en la última jugada. Un punto muy importante a domicilio del UMA Antequera en su cometido de no dejar de evolucionar en la máxima categoría del fútbol sala nacional. Los locales se adelantaron pronto por medio de David Álvarez, luego empató Miguel Conde y Khalid recuperó la ventaja en el luminoso antes del descanso.

Tuvieron que remar a contracorriente como ocurrió en el último choque en casa antes del parón. Los locales abrieron muy pronto la cuenta goleadora por medio de una buena definición en el área de David Álvarez (1-0). En esta ocasión el gol en contra tuvo efecto en los universitarios para dar un paso adelante, presionar, buscar la recuperación en primera línea y generar situaciones de peligro en las inmediaciones de la meta defendida por Borja Puertas. Nando intentó devolver la igualdad a través de varias voleas a balón parado. Los disparos del pívot malagueño se marcharon fuera por muy poco. El 1-1 lo tuvo en sus pies, cerca del ecuador del primer tiempo, Álex Fuentes.

Miguel Conde asumió el papel de capitán y comandó una vertiginosa cabalgada en el minuto 10. Se plantó cerca del área y superó a Borja con un potente remate (1-1). Un tanto que ayudó a los de Moli a adquirir una inercia positiva y de dominio en el compromiso. Borja fue el encargado de evitar la remontada de los visitantes con dos paradas providenciales a Óscar y, de nuevo, a Nando. No se pudo aprovechar las ocasiones generadas y, en el otro lado de la cancha, Khalid recibió de espaldas y remató, nada más girarse, ajustado al poste sorprendiendo a Conejo (2-1). Antes del descanso, Ramón Vargas realizó una brillante acción individual en banda, dejó sentado a su marcador y solo el portero local le privó del premio del gol.

En la segunda mitad, el envite se convirtió en un intercambio de golpes sin demasiada claridad en la definición de los ataques. En defensa, el conjunto antequerano se dejó todo para no recibir más tantos en contra y, en fase ofensiva, fueron avanzando poco a poco. Intento tras intento fueron adquiriendo más moral y confianza. Javi Amorós avanzó por banda y encontró a Nando con un pase colocado dentro del área. El taconazo del pívot lo repelió el pie de Borja. El marcador se mantuvo hasta que Moli pidió tiempo muerto a tres minutos del desenlace. El preparador dio las órdenes a sus pupilos de ejecutar el ataque de cinco con portero-jugador. La insistencia y paciencia tuvo su recompensa a falta de 10 segundos. Raúl Canto marcó una diana trascendental que permitió salir del Camp del Ferro con un empate trabajado.