La vida de Juan de la Torre cambió hace 19 años en un pasillo del instituto al ver a un chaval haciendo piruetas en el suelo. «Le dije ´no sé lo que haces, pero enséñame'». El break dance había entrado en su vida para quedarse y cambiarle hasta el nombre por Xak. Él, que venía de familia de abogados cordobeses, compaginó las tarimas de juzgados con las de torneos, hasta que hace tres años y medio el breaking ganó el duelo. Ahora el tricampeón de España y tercero en el Europeo de este año, podría ser el primer olímpico de la familia, tras la inclusión del break dance en París-2024.

Mucho ha cambiado la escena en las casi dos décadas que Xak lleva en este mundillo. «Empecé a informarme de manera diferente a lo que haría ahora, que sería ir a un tutorial de Youtube: moviéndome en foros y por los pueblos de alrededor y preguntando. Veía un flash en la tele e intentaba recordar lo visto. Después descargaba vídeos de foros y páginas y luego poco a poco ya llegó Youtube. Ha sido un cambio muy, muy grande. Ahora hay muchísimo acceso a la información».

«Cuando empecé hace 12 años no se me pasaba por mi cabeza ni por la de nadie que acabaríamos en los Juegos. Era muy underground, muy de la calle», explica Law García. Ella lo tuvo más fácil para aprender gracias a internet, aunque cuando empezó era raro que hubiera chicas en la escena. «Al principio en mi ciudad solo había tres o cuatro chicas que bailasen», relata esta granadina. «En España ha habido una evolución de nivel muy grande, impresionante, en el ámbito de las chicas desde que empecé tanto de habilidades como de estilos. Este 2020 estamos guerreras total», comenta Law, campeona de España y que, a los 26 años, ha ganado ya seis torneo internacionales.

Tanto el cordobés como la granadina creen que los Juegos son una gran oportunidad para abrir el breaking al gran público, un paso adelante que servirá para acabar con los recelos. «Por supuesto hay muchísimo estigma. Hay tanto detractores fuera como dentro de la comunidad. Ambos por ignorancia», reflexiona Xak. «Los de fuera que piensan que seguimos haciendo como en el Bronx en los años 70 y 80, cuando nada tiene que ver con el cliché: la mayoría de gente que hace breaking es de clase media o alta y los lugares donde se practica son totalmente distintos a lo que veíamos de poner unos cartones en la calle. Los movimientos, que se podían asociar con bandas, hoy están totalmente alejados. Estamos más cerca de un deportista de élite que de cualquier otra cosa». A los que se preguntan cómo va ser un baile un deporte, les pone el ejemplo del patinaje artístico, la modalidad con la que ve más similitudes.

Como en cualquier movimiento underground siempre hay reticencias cuando se salta al mainstream, con voces que dicen que eso puede robar el alma alternativa. «El breaking es muy puro. Quiero pensar que seguirán haciendo jams en tu barrio y se seguirá bailando en la calle, pero claramente la gente que quiera profesionalizar su baile y llevarlo a otro nivel trabajará de una forma distinta. Pero quiero pensar que mantendrá una forma de vida más callejera», apunta Law.

¿Se puede vivir de ello aquí? «Es complicado que puedas vivir del breaking en España», señala la granadina, que lo compagina con dos trabajos, de quiromasajista y como profesora de fitness. «Es muy complicado y arriesgado porque no hay en España tanto apoyo social. En otros países hay gente que puede vivir dando solo clases pero aquí no».

Xak dejó el despacho familiar en Lucena (Córdoba) para que su vida girara todo el día alrededor del break: «Se puede vivir del break, pero no de competir. Los torneos ni son tan altos para darte una estabilidad ni sabes que siempre vas a ganar. Lo que hago es usar el break en otros formatos: clases, shows, videoclips?», relata, considerando que los Juegos abrirán también las puertas a nuevas oportunidades profesionales.

Ambos sueñan con estar en París, aunque saben que aún queda mucho trayecto y que la competencia será dura. «Va a estar complicada la cosa, pero lucharemos para estar ahí», avisa Law. A sus 34 años, hay una parte de Xak que preferiría quedarse sin billete olímpico. «Me alegraría que hubiera una nueva generación muy fuerte y más preparada que yo. Significaría que en este país está creciendo la comunidad y la escena. Pero se lo pondré difícil al que venga detrás».