Varias veces campeona de España, medalla de bronce en los Juegos del Mediterráneo, récord de España de remoergómetro, medalla de plata ayer mismo en el Campeonato de España de fondo de Orense y numerosas participaciones en Campeonatos de Europa y del Mundo. Así de importante es el currículum de la malagueña Natalia de Miguel, remera en el Real Club Mediterráneo, que saca unos minutos para contarle a La Opinión de Málaga cómo afronta sus próximos retos, entre los que destaca por encima de todos el clasificatorio de los Juegos Olímpicos.

Natalia de Miguel practicaba de pequeña gimnasia artística. Pero alguien le cambió la vida: «Fui con amigas a la carrera de los 10 kilómetros de El Corte Inglés y una chica al terminar de la carrera me preguntó si me gustaría ir al Real Club Mediterráneo de Málaga y a probar el remo porque estaban captando deportistas. Y yo no sabía ni qué era el remo. Me vi en un barquito dándome un paseo por el puerto, no tenía ni idea. Probé y mi entrenador me dijo que tenía cualidades».

Desde entonces, Natalia empezó a trabajar y los frutos más visibles de su trabajo llegaron con la consecución de su primera medalla, un bronce, en un Abierto de Cataluña. Sin embargo, sus últimos éxitos, que espera ahora mejorar, son los dos bronces y una plata que consiguió en el Campeonato de España de 2020.

A pesar de su gran estado de forma, llegó el confinamiento . «Le dije a mi madre que no me iba a cambiar la vida porque podría entrenar seguramente. Pero cuando vi que iban pasando las semanas me empecé a agobiar». Aunque lo peor vino cuando empezaron a suspender algunas competiciones. «La cuarentena me estaba trastocando psicológicamente porque solo pensaba: ¿Con qué objetivos entreno? Al final, a este nivel con las hora que echamos, tenemos que tener un objetivo claro. Fue muy duro».

La malagueña consiguió en el Campeonato de España de 2020 dos bronces y una plata. | LA OPINIÓN

El gran sueño que tiene por delante es el Preolímpico que se celebrará finalmente del 17 al 19 de mayo en Lucerna (Suiza). Para Natalia de Miguel su cancelación el año pasado fue un choque. «Pensándolo fríamente me dije: Tienes un año para prepararte. Dentro de lo malo y de las ansias que tenía por esa regata me dije: Soy una deportista joven y creo que me va a venir muy bien tener un año más de preparación. Y ese es ahora el objetivo”»

La malagueña tan solo tiene 25 años, pero lo cierto es que ya ha competido en Europeos y Mundiales absolutos, y ahora lucha por el siguiente paso: «En la vida hubiera imaginado que iba a luchar por estar en unos Juegos Olímpicos» y se lo dejó siempre claro a su madre: «Mamá, yo sé que he empezado a remar tarde, pero yo quiero ir a la selección». Se fue a Sevilla a estudiar y apostó por su futuro en el remo. Empezó a entrenar en un club hispalense y trabajó muy duro hasta que consiguió que en la sub-23 le convocaran de forma nacional. Sin embargo, sus inicios no fueron fáciles. No fue hasta la categoría absoluta cuando ya compitió de forma oficial y, desde entonces, solo cosecha logros.

El futuro que le queda por delante es simplemente prometedor. A la espera de alcanzar la forma física más óptima, solo tiene una meta por delante: alcanzar el sueño olímpico.