María Torres: el billete para Tokio se saca en París

A apenas mes y medio del inicio de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, muchos atletas apuran estos días sus opciones de estar en la tan esperada cita olímpica. Y en esas está la karateca malagueña María Torres, que este fin de semana participará en el preolímpico de París buscando lograr una de las tres plazas abiertas en kumite de +61 kilos, la disciplina olímpica que unifica las de +68 (la de Torres) y -68.

Torres llega a París después de lograr un gran resultado en la Premier League de Lisboa, donde solo la turca Meltem Hocaoglu, número uno del ranking olímpico y ya clasificada para Tokio, le apartó de la medalla de oro en kumite +68, y tras el Europeo de Porec (Croacia), donde cayó a las primeras de cambio ante la danesa Katrine Pedersen, en esta ocasión en la categoría de -68.

Serán 64 karatecas de 64 países distintos las que compitan este domingo, 13 de junio, en el pabellón Pierre de Coubertin por lograr el ansiado billete a Japón. Entre ellas, la egipcia Feryal Abdelaziz, campeona del mundo sub21; la australiana Amy Thomason, campeona de Oceanía; y la campeona asiática Georgia Zefanya, de Indonesia. Además estarán la suiza Elena Quirici, dos veces campeona europea, la subcampeona mundial de 2016 Katrine Pedersen, de Dinamarca y otros nombres destacados del circuito europeo como la griega Eleni Chatzliadou, la austriaca Alisa Buchinger y la francesa Alizee Agier, campeonas del mundo en 2018, 2016 y 2014, respectivamente. Todas estas mujeres separan a María Torres del sueño olímpico de Tokio.

La competición de kumite +61 se desarrollará íntegra el domingo. Comenzando a las diez de la mañana y disputándose los combates finales a las cinco de la tarde. A esa hora sabremos si la malagueña se suma a la expedición de karatecas que este verano hará su debut olímpico en el mítico Nippon Budokan y en el que el deporte español en general y malagueño en particular espera que el actual número 1 del mundo en el ranking de kata, Damián Quintero, consiga subir al podio. Ojalá María pueda estar allí también.