La junta azulgrana

La asamblea del Barça aprueba los 97 millones de déficit de Bartomeu

Laporta pide a los compromisarios que eviten la parálisis del club pero asegura que pedirá "responsabilidades" si se detectan irregularidades en el futuro

El presidente del FC Barcelona Joan Laporta vota con su junta directiva.

El presidente del FC Barcelona Joan Laporta vota con su junta directiva. / EFE

Joan Domènech

No logró Josep Maria Bartomeu que la asamblea de compromisarios aprobara el retoque del escudo del Barça para adaptarlo a las necesidades digitales, pero sí que logró que aprobaran los 97 millones de déficit que dejó del ejercicio 2019-20. La primera vez estaba el presidente al frente de la cita con los socios. En la segunda, estaba en casa, igual viendo por televisión que fuera Jordi Moix, su exvicepresidente económico, quien defendiera los números rojos en el Camp Nou, que era como jugar a domicilio: con la junta entrante la de Joan Laporta y ante una audiencia que pitó y abucheó a Moix como representante de la que un socio denominó "la peor junta de la historia".

Y Bartomeu ganó. Gracias a Laporta y a su junta, que instaron a los socios aprobar esa pesada herencia. Había 770 socios acreditados en la asamblea, de los que votaron 768 presenten en el momento de la votación, de las 4.457 personas convocadas, escogidas en un sorteo que se ofició en junio de 2020. Con la audiencia esparcida en las gradas del Camp Nou, el recuento fue lento. Se saldó con 616 a favor, 67 en contra y 68 en blanco.

Un similar porcentaje votó la aprobación del presupuesto de la campaña 20-21, la actual. Faltan diez días para el cierre oficial y Bartomeu hizo unas previsiones de 832 millones de ingresos y de 831 millones de gastos, ya con la pandemia instalada tras las terribles consecuencias que había desencadenado. Como el coste de la masa salarial seguía disparado, el presupuesto se hizo para cubrir los costes. Y, claro, no se cumplió, ya que no hubo público en las gradas del Camp Nou ni en el Museu ni en las tiendas.

Presupuesto desviado

La junta de Laporta no quiso desvelar ni insinuar cuál era la desviación real del presupuesto, que iba a arrojar un beneficio de un millón. Pero será, y se sabrá en octubre, que las pérdidas se acercan a los 300 millones. Hubo 578 a favor y 71 en contra, con 94 en blanco. Laporta, como en el primer punto, intercedió pidiendo el voto favorable. "Hagan un viaje imposible en el tiempo", sugirió el presidente a los socios para que cerraran los ojos y levantaran la cartulina azul con el sí.

Bartomeu respiró con ese triunfo, solo parcial y momentáneo. Laporta intervino al principio para explicar cuál era la situación y la necesidad verdadera del club: pidió a los socios que votaran a favor. "Estas cuentas no nos gustan", había adelantado, subrayando "la complejidad de esta asamblea" en las que debió hacer de tripas corazón y defender a Moix y Bartomeu, que "esa es la situación a 30 de junio de 2020", es decir, cuando mandaban Bartomeu y Moix, no él. Eran cuentas auditadas y firmadas a las que él no iba a poner ningún reparo, aunque ya adelantó, a petición de un socio, que ese déficit "no exonera de responsabilidad a la anterior directiva".

"Votemos a favor"

"Votaremos a favor de estas cuentas para que el club vuelva al camino de la normalidad, porque de lo contrario provocaría una parálisis institucional", proclamó Laporta tras la intervención de Moix y las preguntas de los socios, que en su inmensa mayoría, unánime prácticamente, expresaron su repulsa al legado económico de Bartomeu.

"Tenemos la responsabilidad de someterlos a votación y como no tenemos la certeza de que hayan sido formuladas sobre una base falsa, pido el voto favorable", repitió Laporta, insistiendo en dos aspectos: eran cuentas de la temporada pasada, de Bartomeu, y que no se descartan acciones judiciales posteriores si se aprecian "irregularidades con posterioridad".