Entrevista

Aíto García Reneses: "La NBA me aburre, está orientada al marketing"

Aunque a sus 75 años no descarta la posibilidad de que su carrera haya terminado de forma definitiva, todo en el entrenador hace pensar que le queda un último baile

Aíto García Reneses

Aíto García Reneses / EP

Sergio R. Viñas

Pregunta - Buenas tardes, Aíto, le llamaba de EL PERIÓDICO DE ESPAÑA para proponerle una entrevista.

Respuesta. La verdad es que estoy un poco cansado de entrevistas.

-[...]

-Venga, llámame mañana a las nueve de la mañana.

Y Alejandro García Reneses (Madrid, 1946), puntual, atiende a la llamada concertada unas horas antes para, al principio, jugar al gato y al ratón con el periodista sobre su futuro y después hablar abiertamente de "año sabático". En esa expresión se refleja el deseo de regresar tarde o temprano a los banquillos, pese a que su DNI dice que en dos meses cumplirá 75 años, edad propia de quienes llevan cerca de una década jubilados. Cuenta que en verano decidió poner punto final a su aventura en Berlín, donde estuvo dirigiendo al Alba durante las cuatro últimas temporadas, para "recargar las pilas". Lo hace relajado en su casa de Barcelona, se dedica a ver partidos, a acudir a algún entrenamiento del Joventut y a fotografiar pájaros. Dice que no se aburre, pero cuesta creerle. Son ya 50 años entrenando equipos y aunque no descarta la posibilidad de que su carrera haya terminado de forma definitiva, todo hace pensar que le queda un último baile. Aunque ahora no se lo quiera ni plantear. Eso dice.

Pregunta - ¿Cuántas veces le han llamado este verano para ofrecerle un banquillo?

Respuesta - Pues ninguna, la verdad. Cuando el Alba y yo anunciamos que no iba a continuar, la temporada estaba casi empezada [fue el 17 de agosto] y los banquillos ocupados.

-Dígame que lo hizo a propósito para evitar la tentación de tener que escuchar ofertas...

-No, no. Yo esperaba a que lo anunciase el Alba cuando lo creyera oportuno, nada más. Es una decisión que fue definitiva al final de la temporada y fue el Alba el que lo anunció cuando lo consideró. Y ya está.

-¿Y ahora a qué dedica…

-¿El tiempo libre? Estoy en Barcelona, viendo muchos partidos por televisión. En vivo solo vi un par en Berlín, los dos primeros de la temporada, y luego otros dos del Barcelona en el Palau. He ido también a ver tres entrenamientos del Joventut. Y doy paseítos.

"Veo muchos partidos por televisión, he ido a algún entrenamiento... Y doy paseítos"

-¿Se aburre?

-No, me gusta también hacer fotografías. A la gente le llama la atención, pero me gusta fotografiar pájaros, tanto en la ciudad como en entornos naturales. En su día, dedicaba mucho tiempo también a la electrónica y a la informática, pero lo tengo más abandonado. Ahora prefiero la fotografía.

-¿Qué le queda por hacer en el baloncesto?

-Lo que a cualquier entrenador. Lo que me motiva es ayudar a jugadores, a clubes... Esa inquietud la conservo, el baloncesto ha sido siempre mi vida.

-¿Su pasión es la misma?

-Aproximadamente sí, yo creo que ya nací con esa pasión.

-¿Se considera ahora mejor entrenador que hace 20 o 30 años?

-Con menos energía, pero con más experiencia.

"Ahora tengo menos energía, más experiencia y la misma pasión"

-Energía.

-Yo antes, además de los entrenamientos del primer equipo, me ocupaba de todos los individuales prácticamente a todas horas, iba a ver a todos los equipos de cantera del club… Y en los últimos años ya no. He tenido ayudantes que se han encargado de esas facetas. Ya no estoy trabajando las 24 horas del día.

-¿Le costó asumir que ya no llegaba a todo?

-No, no, qué va. Quiero decir, podría haber llegado a todo, pero si trabajas con gente como Israel González a tu lado [su segundo en Berlín y quien ahora le ha relevado al frente del Alba], en la que confías plenamente, es más fácil. Ha estado seis años conmigo, dos en Gran Canaria y cuatro en Berlín, y estaba encantado de que esos temas los llevara él.

Aíto junto a Pau Gasol, durante su etapa juntos en el Barcelona, en 2001.

Aíto junto a Pau Gasol, durante su etapa juntos en el Barcelona, en 2001. / ANTONIO GIMÉNEZ

-¿Se plantea volver a un despacho?

-No lo quiero ni pensar. No porque sea algo malo, aunque es verdad que de entrada no me atrae demasiado, pero es que ahora estoy desconectando por completo de cuatro años. Quiero parar un año y ya veremos.

-Ha parado muy poco en 50 años de carrera.

-Creo que he tenido tres o cuatro años sabáticos. Después del Barça (2001), después de Málaga (2011) y después de Gran Canaria (2016). Y ahora. Me gusta mucho el baloncesto y lo que hago. Ahora que no estoy entrenando he visto pocos partidos en directo, pero muchos en televisión.

-La prensa, en general, le trata mejor ahora, ¿no?

-Hubo un tiempo en que quizá no se entendía lo que hacía, pero ahora se me trata excesivamente bien. Pero aquello no me preocupaba tanto por mí, sino por los jugadores.

- Explíquese.

-Cuando la gente te dice que lo estás haciendo todo mal, es más difícil mantenerte en una línea. No por ti mismo, pero te lo hace más difícil ante tus jugadores, dificulta que crean en lo que están haciendo. Aun así, lo hacíamos.

"Hubo un tiempo en que quizá no se entendía lo que hacía, pero ahora se me trata excesivamente bien"

-¿Sigue descubriendo de sí mismo cosas nuevas como entrenador?

-Bueno, esto es como un niño pequeño. Su tía le ve después de tres o cuatro meses y le dice “¡cuánto has crecido!”, pero el niño piensa “pues yo me veo igual”. Yo pienso lo mismo, que estoy igual siempre, aunque en realidad sé que hay nuevos descubrimientos a cada instante, en cada cosa que piensas. 

-¿Qué le han reportado estos cuatro últimos años en Alemania después de toda la vida entrenando en España?

-La experiencia de estar en Berlín, que es muy interesante. Pero no muchas más cosas diferentes a las que viví aquí. Es cierto que el carácter general es diferente, tanto de los jugadores alemanes como de la afición. En Alemania, las aficiones de los equipos son muy fieles, los campos se llenan, pero el público en general, el de la calle, no es tan seguidor del baloncesto. En España se dio ese paso cuando hubo un bajón en el fútbol, diría que a comienzos de los 90, y el baloncesto dio un salto mediático. En eso sí hay diferencias.

-¿De qué entrenadores aprende más?

R. De todos y de ninguno. A lo largo de la historia, he visto entrenamientos, campeonatos de equipos europeos, americanos… Lo he hecho muchísimo y aunque ya no viajo tanto sigo con los ojos muy abiertos.

Aíto junto a Rudy Fernández, durante su etapa en el Joventut de Badalona, en 2006.

Aíto junto a Rudy Fernández, durante su etapa en el Joventut de Badalona, en 2006.

-No me ha hablado de la NBA.

-No, es que no la veo demasiado. Antiguamente, nuestro foco en EEUU eran las universidades, posteriormente ya fue la NBA. Y ya no lo es. La NBA se ha esforzado más en potenciar el marketing que el buen juego. Me interesa mucho más el baloncesto europeo que la NBA.

-¿No le divierte?

-Pues la verdad es que no, me aburre. Tiene un tipo de juego que está pensado para resaltar un mate, un uno contra uno, un tapón… Le falta juego, que es lo que por ahora tiene el baloncesto europeo, que todavía conserva la intensidad defensiva, que es lo que fomenta que el juego tenga calidad. Se ha priorizado el marketing a todos los niveles, en el estilo de los equipos e incluso en las reglas.

-La NBA ocupa desde hace años más espacio en los medios que la ACB o la Euroliga. ¿Qué piensa de eso?

-Que la gente elija lo que quiera. Si les gusta, fenomenal. Nosotros, a hacer lo nuestro.

Que los jugadores se vayan jóvenes a la NBA es bueno para su bolsillo y malo para su progresión

-Chicos como Doncic y Garuba ya duran un suspiro en Europa. Antes las grandes estrellas estaban para siempre.

-Yo considero que, en líneas generales, es malo para los jugadores ir tan pronto a la NBA. Será bueno desde el punto de vista económico, porque ganarán mucho más dinero, para ellos y para sus agentes, pero para el desarrollo del jugador a veces no es tan bueno. Para algún jugador sí es bueno, si se encuentra un equipo que se ha volcado a su alrededor, pero si vas muy joven, con poca experiencia y no juegas mucho, vas a tener un frenazo importante en tu progresión.

-Pau Gasol y Sergio Rodríguez serían dos ejemplos de esos perfiles.

R. Eso es, pero hay mucho más Sergios que Paus. Hay muchos más ejemplos de jugadores que han visto frenada su progresión en la NBA.

-¿Nunca le ha tentado probar en la NBA, como Scariolo o Messina?

-Me ha seducido tanto lo que he hecho aquí que he sentido que no me hacía falta probarme en EEUU, al margen de servirme como formación. Sí que he visto muchos entrenamientos, la mayoría de veces en Ligas de Verano, aunque en mis años sabáticos también he ido en invierno. Ver su preparación, hablar con los entrenadores… Eso sí, pero entrenar en la NBA requiere un proceso muy largo: para meterte en su cabeza necesitas hacer una temporada de universarios, después de ayudante… Como siempre he disfrutado de lo que hago, realmente ni me lo he planteado.

Aíto durante los Juegos de Tokio de 2008, su único torneo al frente de la selección.

Aíto durante los Juegos de Tokio de 2008, su único torneo al frente de la selección. / EFE

-¿A qué le suena eso de NBA Europa?

- A mí me suena a 1975. Hubo una liga profesional en Europa, cuando aún el baloncesto era poco profesional. Estaba el Iberia Superstars. No sé si aquello duró un año, era difícil. Ese proceso ya no es necesario, en ese momento el baloncesto era casi amateur, ni el público estaba preparado para verlo. Pero ahora con la Euroliga, la Eurocup, las ligas nacionales… Eso ya está más que superado.

-Pau, Navarro, Ricky… ¿Cuál considera que es su mayor obra?

-Ninguna. Las obras son de ellos. Yo les puedo ayudar, el equipo técnico les puede ayudar, como el entorno personal, pero son ellos los que tienen el mérito.

- ¿Y el equipo que le hizo sentirse más orgulloso?

-No sabría decirte… He disfrutado en todos y ha sido un esfuerzo colectivo con tus ayudantes, directivos, jugadores, público... Casi siempre he tenido mucha satisfacción.

- ¿Le habría gustado ser seleccionador durante más tiempo?

-No. Dejé de hacerlo porque no me seducía entrenar un mes y medio al año. Cuando tienes la energía que yo tenía en ese momento, con eso no basta. Es como un año sabático. Decidí no seguir después de los Juegos de Pekín [en 2008], tenía esa opción en el contrato con la Federación al final de cada campeonato y después del primero decidí marcharme.

"Dejé de ser seleccionador porque no me seducía entrenar durante mes y medio, era como un año sabático"

-¿Piensa en cerrar el círculo y volver a Estudiantes, donde empezó a jugar, en algún momento?

-He estado con ellos, en mi anterior año sabático estuve tres semanas entrenando con los chicos jóvenes. Y mentalmente siempre he estado cerca de ellos. Ahora espero que recupere lo que ha sido siempre: creación de jugadores, darles oportunidades en el primer equipo, como hace el Joventut, y mantener un nivel bueno. Espero que lo vuelvan a hacer.

-Ha mencionado en varias ocasiones en esta entrevista que está de "año sabático". ¿Significa eso que sigue en activo?

-No, en activo no estoy. No estoy entrenando.

-Pero tampoco está retirado. ¿O sí?

-Bueno, cuando no estás en activo es porque estás retirado. Lo que pasa es que me he retirado ya varias veces a lo largo de mi carrera y...

"Ya me he retirado varias veces a lo largo de mi carrera y..."

-¿Entonces, esta tampoco es la definitiva?

- Digamos que no es seguro.

-¿Y qué es lo que le hace dudar?

-No tengo dudas, no se trata de eso. Lo que quiero es dejar pasar un poco de tiempo después de estos cuatro años en Berlín. Sobre todo después del último, con 90 partidos, a veces cuatro por semana, y muchísimos viajes con malos vuelos, porque durante la pandemia había menos y las conexiones que teníamos que hacer en los aeropuertos eran tremendas. Quiero reposar un poco la situación y ya veremos qué ocurre más adelante. 

-¿Cómo y dónde imagina el día de su retirada?

- Ni la menor idea, no quiero pensar mucho en el futuro. Ni mucho ni poco ahora mismo.