Tenis

Investigan un viaje de Novak Djokovic a Marbella para decidir si lo deportan o no

Las autoridades australianas creen que el tenista no dijo la verdad al asegurar que no visitó un tercer país en las dos semanas previas

Novak Djokovic se ejercitó ayer en las pistas del Melbourne Park.

Novak Djokovic se ejercitó ayer en las pistas del Melbourne Park. / REUTERS

EFE

La situación de Novak Djokovic en Australia se mantiene en un estado de confusión y sigue sin estar claro si podrá disputar el torneo de Grand Slam que empieza el lunes en Melbourne. El ministro de Inmigración Alex Hawk evitó tomar una decisión este martes sobre si cancelar el visado del tenista serbio después de que este se anotara el lunes la victoria en la batalla judicial para permanecer en el país.

Ahora mismo, el Gobierno federal investiga si Djokovic mintió en su formulario de entrada en Australia cuando dijo que no había viajado en los 14 días anteriores a su llegada a Melbourne a un tercer país. Pero lo cierto es que Djokovic se desplazó de Belgrado a España en ese espacio de tiempo.

A todos los viajeros que llegan a Australia se les pregunta si han «viajado o viajarán en los 14 días anteriores a su vuelo a Australia». También se les advierte: «Dar información falsa o engañosa es una falta grave. Puede estar sujeto a una sanción civil por dar información falsa o engañosa», con la pena máxima de doce meses de prisión.

Djokovic pasó en Marbella los primeros días de enero, antes de coger un avión rumbo a Melbourne vía Dubái. Estuvo entrenándose en la ciudad malagueña y dejó su mansión en el complejo de lujo de Sierra Blanca para viajar a Melbourne con la exención médica.

Hawk tiene potestad para revocar un visado y antes de tomar una decisión quiere analizar este viaje y la declaración del serbio y su documentación a su llegada al país. Djokovic indicó a los funcionarios fronterizos que Tennis Australia completó la declaración de viaje en su nombre. No está claro si esto podría anular la línea de investigación del Gobierno australiano, cuyo manejo del ‘caso Djokovic’ ha generado críticas en el interior del país, no solo en Serbia. Y más después de que un juez dictaminara el lunes que el visado de Djokovic debía restablecerse porque no se le dio suficiente tiempo para demostrar que tenía una exención médica válida.

El Gobierno federal defiende su decisión de cancelar el visado de Djokovic por motivos de salud pública y que una infección previa de covid, como fue el caso del jugador, en los últimos seis meses no es una razón válida para tener una exención por no estar vacunado. El juez nunca se pronunció sobre esa cuestión. Se centró en la falta de una justicia procesal.

Los abogados del serbio indicaron que se hizo una prueba PCR a la 1 p. m. del 16 de diciembre y recibió un resultado positivo alrededor de las 8 p. m. de esa noche. El 17 de diciembre asistió sin mascarilla a una ceremonia de entrega de premios con tenistas jóvenes. El jugador dio negativo en una PCR el 22 de diciembre, seis días después de su resultado positivo.

Para calmar la tensión diplomática, el primer ministro australiano Scott Morrison habló este martes con la primera ministra serbia Ana Brnabić sobre la situación de Djokovic. «Fue una llamada constructiva y ambos acordaron mantenerse en contacto sobre el tema y fortalecer aún más la relación bilateral”, se lee en un comunicado, obviando la tensión entre ambos países.