Machismo en el deporte

Deporte y violencia machista: "Hay cierta frivolidad, no se reprueba como el racismo"

La falta de contundencia en la respuesta del deporte profesional a la violencia machista contrasta con el compromiso cada vez mayor que existe contra el racismo

Santi Mina, en un partido con el Celta de Vigo.

Santi Mina, en un partido con el Celta de Vigo. / EFE

Violeta Molina Gallardo, Sergio R. Viñas

Tibieza. La falta de contundencia en la respuesta del deporte profesional a la violencia machista contrasta con el compromiso cada vez mayor que existe contra el racismo. Se frivolizan y banalizan los cánticos machistas de los estadios y los deportistas, clubes y federaciones no alzan la voz para condenar con rotundidad la violencia cuando un profesional de élite agrede a una mujer.

"En el deporte hay mucho machismo y conviene que lo pongamos encima de la mesa. Existe una discriminación de las mujeres de hecho y de derecho. No hay una profesionalización, no hay presencia de mujeres en los órganos colegiados y eso tiene un reflejo en todo", denuncia a El Periódico de España, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico,  la asesora jurídica de la Asociación de Futbolistas Españoles, María José López

"No hay un compromiso contra las violencias contra las mujeres, pero tampoco contra las desigualdades que hay en los premios, en los sueldos... El deporte femenino es algo muy invisibilizado en España, excepto el fútbol. Si están invisibilizadas las victorias, imagínate los problemas, hay una desigualdad tremenda", subraya la secretaria general de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional, Pilar Calvo.

La violencia contra las mujeres es estructural y se da en todos los estratos sociales, también en el deporte de élite. Prueba de ello son las condenas al futbolista Santi Mina por abuso sexual, al defensa hispanofrancés Lucas Hernández por violencia de género, a Oscar Pistorius por feminicidio, a Robinho por violación y a los futbolistas Antonio Luna y Sergio Enrich por distribuir un vídeo de contenido sexual. Otros deportistas muy famosos, acusados de violencia sexual, llegaron a acuerdos económicos con sus víctimas para evitar los juicios.

Tras la condena, Mina ha sido apartado provisionalmente del Celta y el club ha expresado, mediante una escuetísima declaración de su presidente, Carlos Mouriño, una "enérgica condena" y que los valores del club "están por encima de todo", sin explicitar cuáles son esos valores. No ha habido manifestaciones de repulsa de compañeros ni mensaje de apoyo y reparación para la víctima.

En los casos de Hernández, Luna y Enrich, ni siquiera fueron retirados de la competición después de ser condenados.

Para abordar la tibieza del sector deportivo, la secretaria general de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional recuerda que el escándalo de Carlos Santiso, entrenador del Rayo Femenino, no tuvo ninguna consecuencia. Santiso, unos años antes, jaleó a sus jugadores diciendo que tenían que hacer "como los de la Arandina", en referencia a la agresión grupal a una menor por parte de varios jugadores del citado equipo. "Su manera de entrenar fue alentar una violación grupal. Tendría que estar inhabilitado, tendrían que haberle revocado la licencia para entrenar", afirma Calvo.

Santiso pidió perdón por lo que calificó de broma y el Rayo salió al paso diciendo que ficha "profesionales, no personas".

En el deporte profesional, a pesar de que es seguido por millones de personas, apenas hay campañas de sensibilización contra la violencia sobre las mujeres, ni acciones conjuntas de los equipos y los deportistas para rechazar estas agresiones y reprobar los comportamientos machistas.

"La respuesta que dan es nula", concede Calvo. "Esto del fútbol es la punta del iceberg, es un escándalo y es alguien conocido, pero hay informes de la Unión Europea y de Unicef que dicen que una de cada cinco niñas sufre abusos en el deporte en Europa. Y no se denuncia. Hay más miedo a la represión de lo que te puede pasar como víctima", añade.

El espacio que corresponde a la mujer en el deporte

Tanto la secretaria general de la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional como la jurista de la Asociación de Futbolistas Españoles subrayan que tanto la ausencia de mujeres en los puestos de mando deportivos como las discriminaciones laborales que padecen tienen que ver con estas situaciones, con esta falta de respuesta.

"Hay una banalización y una frivolización por la falta de presencia de las mujeres en el ámbito del deporte. (...) Espero que el fútbol dé un paso adelante en este sentido. El liderazgo de las mujeres, la presencia en órganos colegiados de representación será un paso para ir luchando contra los comportamientos que frivolizan el machismo. Tiene mucho que ver con darle a la mujer el espacio que ya tiene en la sociedad española, pero no en el deporte, donde la discriminación es palpable, empezando por la discriminación salarial", señala López.

"El deporte femenino no es igual que el masculino, pero eso no quiere decir que no existan los mismos derechos para hombres y mujeres. El deporte no es una entelequia aparte de la sociedad", continúa la abogada.

La asesora jurídica de la Asociación de Futbolistas Españoles pone de relieve que las competiciones deportivas tienen un gran "efecto mediático" y que los deportistas profesionales son referentes para muchas personas, especialmente para niñas y niños, por lo que debe exigirse un comportamiento ejemplar.

"Cuando se trata de emitir valores, esos comportamientos reprobables con elementos machistas van calando en las personas que son fieles seguidores de esos referentes", apunta.

Ahora bien, aunque los comportamientos delictivos de estas personas conocidas tienen "una proyección inmediata en la sociedad", insiste en que los comportamientos delictivos son minoritarios y en que no se puede estigmatizar al colectivo.

El caldo de cultivo del insulto machista

El machismo en el deporte también se manifiesta en los estadios, donde los insultos sexistas y machistas son habituales, especialmente contra las árbitras y las parejas mujeres de los deportistas.

"El insulto machista no se reprueba igual que el insulto racista. Parece que se tolera, que se queda guardado en un rincón y son comportamientos marginales. Y no, hay que ponerse en serio a combatirlos. El tema del insulto es más grave de lo que parece: cuando insultas a alguien por su pertenencia a un sexo, estás rompiendo el principio de respeto a la dignidad de la persona y cuando se ejerce con el ánimo de denigrar y de incitar al odio son un delito", sostiene López.

La Comisión Antiviolencia del Consejo Superior de Deportes informa cada año de las sanciones emitidas por comportamientos prohibidos en las competiciones de fútbol y baloncesto. Entre ellos, por la exposición de pancartas o propaganda que inciten a la violencia y por actos racistas, xenófobos e intolerantes. Sin embargo, no se hace mención expresa al sexismo o al machismo, a pesar de su magnitud.

La asesora jurídica especialista en derecho deportivo Irene Aguiar precisa a este periódico que aunque no se mencionen expresamente los cánticos machistas, el paraguas de la ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte castiga estos comportamientos.

LaLiga registra cada jornada cualquier cántico insultante que se pronuncie en los estadios, aunque una vez más, la respuesta que se da a los comentarios irrespetuosos con las mujeres no iguala a la recibida por otro tipo de agresiones verbales.

El Rayo Vallecano fue sancionado con el cierre parcial de su estadio en dos jornadas después de que desde la grada se llamara "nazi" al futbolista Zozulia. Años antes, la Comisión Antiviolencia pidió el cierre del estadio del Betis por unos cánticos que justificaban una agresión machista, pero finalmente no prosperó.

Corría el año 2015 y el futbolista Rubén Castro fue acusado de maltratar a su pareja. Los aficionados béticos cantaron "no fue tu culpa, era una puta, hiciste bien". El Betis tuvo que pagar 30.000 euros por esto. En otra ocasión, las gradas béticas cantaron "mi novia es sevillista y es una puta más".

Otro cántico denunciado, este machista y homófobo, ha sido el dirigido al futbolista Gerard Piqué en el que dicen que su mujer "tiene rabo", su hijo es de otro futbolista y a él lo llaman "maricón".

"El machismo está tan instaurado, tan integrado en nuestra sociedad que muchas veces ni siquiera se dan cuenta de que estos son insultos. En el fútbol se maleduca a todo el mundo, los niños que lo ven desde pequeños ven cómo se insulta desde la grada a todo el mundo: árbitros, jugadores, a todo el mundo. No se educa ni se hacen campañas porque no lo consideran ni necesario. Y sería importante porque cualquier cosa que se haga en el fútbol arrastra a los demás deportes", concluye Calvo.