Ascenso

Berlusconi catapulta al Monza a la Serie A 110 años después

El Monza logra ascender por primera vez a la máxima categoría del Calcio tras ganarle al Pisa | El exprimer ministro compró el antaño desconocido club italiano hace tan solo cuatro años tras vender el Milan

La plantilla del Monza celebra el ascenso.

La plantilla del Monza celebra el ascenso. / ACMONZA

Irene Savio

La compra en 2018 del equipo de fútbol del Monza parecía un capricho más del viejo Silvio Berlusconi. El polémico magnate e histriónico ex primer ministro italiano venía de vender el Milan. También andaba de capa caída por sus aventuras políticas. Pero Berlusconi recogió el guante y logró lo que muchos se habían tomado como una misión de risa: hacer ascender al Monza, entonces un pequeño club italiano de la serie C (la tercera categoría del Calcio italiano), a la serie A.

Una hazaña que logró después de que el Monza ganara el domingo 4-3 al Pisa en la final del play-off. Algo inédito en la centenaria historia de este equipo italiano fundado en 1912. “Un resultado histórico”, comentó, eufórico, Berlusconi.

Él mismo festejó su triunfo desde el estadio de Pisa, al que acudió acompañado por su novia de 32 años, Marta Fascina, diputada de Forza Italia, partido también fundado por él. “Hemos luchado por un largo año”, dijo desde allí, al subrayar que en “110 años de historia" el Monza nunca había alcanzado tal resultado. "Es algo maravilloso, para nosotros y para el equipo”, añadió.

Puro estilo 'berlusconiano'

La moraleja es de puro estilo 'berlusconiano'. Una mezcla entre la capacidad del anciano Berlusconi (Milán, 1936) de rodearse de zorros viejos del negocio y su habilidad a la hora de abrir con soltura la chequera. Pese a que apenas pagó 2,7 millones por el Monza, ha tenido que invertir un total de 71,7 millones más hasta la fecha, tal como explicaba recientemente 'Il Sole 24 Ore', el diario italiano especializado en asuntos económicos.

No sorprende. Porque, en verdad, el vertiginoso crecimiento del equipo ha estado acompañado por los números rojos del Monza desde el día uno de la adquisición por parte parte de Fininvest, el conglomerado que posee la familia de Berlusconi. Algo que ha empeorado con la pandemia, tanto que el déficit del Monza alcanzó los 26 millones de euros en 2020, y los 31 millones de euros en 2021.

Galliani, su fiel escudero

Poco le ha importado a Berlusconi. Ayudado por su fiel Adriano Galliani, su exdelfín en el Milan y ahora consejero delegado del Monza, y por el entrenador Giovanni Stroppa, exjugador milanista, el empresario italiano no ha dejado en estos años de invertir en el pequeño equipo. Lo ha hecho a la par de que llamaba la atención -una vez más- por sus excentricidades, entre ellas la de pedir a sus jugadores de ir bien peinados, sin tatuajes o pendientes en las orejas.

Funcionó. Los medios de comunicación italianos e internacionales hicieron correr ríos de tinta para describir las andanzas del Monza, a pesar de que en verdad el relato era un espejismo. Tanto así que finalmente incluso aparecieron en los vestuarios del Monza figuras como los conocidos Kevin Prince Boateng y Mario Balotelli, muy tatuados ambos. Los dos excéntricos delanteros duraron poco e hicieron las maletas en verano pasado, cuando el Monza empezó su acelerón definitivo hacia la Serie A.