Entrevista

Garbajosa: "El oro del Europeo es una de las grandes gestas del deporte español"

El presidente de la FEB analiza "este 2022 inmejorable" y lo que viene en 2023

Jorge Garbajosa, durante la entrevista.

Jorge Garbajosa, durante la entrevista. / Alba Vigaray

Fermín de la Calle

Nueve medallas suponen la cosecha más fértil del baloncesto en un verano. Un botín coronado por la selección masculina con un oro tan inesperado como emocionante. Jorge Garbajosa, presidente de la FEB, analiza para El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, "este 2022 inmejorable" y lo que viene en 2023.

Nueve medallas este verano, ¿lo esperaba? 

Siendo totalmente sinceros, y no lo ocultamos, era un resultado muy difícil de prever. Sabíamos que podía ser un buen verano por la calidad de jugadores y jugadoras y por la trayectoria. Pero las medallas nunca ha sido un objetivo para esta federación. Desde que llegué lo dejé bien claro: la idea es formar jugadores. Los resultados respaldan la gestión, pero a veces la pelotita se sale y eso no debe calificar el trabajo como bueno o malo. Es una satisfacción enorme, pero no son el objetivo. Digamos que son una meta volante en el camino.

¿La pandemia lo ha complicado mucho todo?  

Dicen que el hambre agudiza el ingenio y en época de pandemia hemos creado soluciones alternativas. Es de lo que más orgulloso estoy, no sólo el equipo de la Federación que, por supuesto, sino de toda la estructura de la pirámide del baloncesto en España.

¿Salimos mejores del covid?  

El baloncesto español sí. Lo digo de corazón. Nuestras competiciones hoy son mejores y más visibles que lo eran antes de la pandemia. A nivel de resultados de selección es obvio y, sobre todo, porque para mí todo lo que he dicho ahora es consecuencia de que el baloncesto español está cada vez más unido. Ahora toca crecer y tenemos las herramientas para hacerlo. 

Hablemos del Europeo. ¿Qué pensó como jugador al ver un grupo tan joven en el Europeo con más nivel de la historia?  

A un deportista nunca se le puede mentir. Ni a un jugador de la selección ni a los medios de comunicación ni a los aficionados. No les puedes mentir, pero a la vez tienes que motivar al equipo y hacer que el equipo se sienta respaldado. Nos pillaba una época de transición en el Eurobasket con mayor nivel de la historia. Ya no hay países pequeños. Hemos visto a selecciones como Estonia o Bosnia crear muchas dificultades a equipos tradicionalmente muy potentes. El mensaje era el que tenía que ser. Afrontamos el reto mayúsculo con jugadores que no han competido nunca a este nivel juntos y muchos ni siquiera individualmente. Había un plan que se trazó en 2017 con las ventanas, pero hasta que no abres el melón no sabes cómo va a salir. 

Las circunstancias tampoco ayudaron mucho con la lesión a última hora de Llull o un sorteo complicadísimo... 

Pero ahí estaban el gran capitán Rudy Fernández, los hermanos Hernángómez, Lorenzo Brown, los jóvenes... Y lo entendieron como una oportunidad de reivindicarse, de demostrar lo que valen y hasta dónde pueden llegar. Y encima toca el grupo de la muerte con Lituania, Alemania, Francia, Eslovenia... No era el camino más propicio para que acabase bien, pero la calidad del jugador español es brutal. Y no hay ninguna selección en el mundo con el compromiso de de los jugadores españoles. Tuvimos una pizca de suerte en un momento dado y la capacidad del seleccionador de transmitir esa sensación de creemos el plan. -Esa sensación de pase lo que pase no nos salimos del plan. Hablamos la noche de Bélgica, que fue muy dura porque pudimos quedar fuera. Pero esa gestión interna del grupo fue absolutamente brillante.  

Noches como la Bélgica son las que hacen crecer al grupo, ¿no?

No solo al grupo. Yo, además de como jugador, lo vivo como presidente. Sabes que no tienes que intervenir, pero tienes que estar atento a todas las señales que te llegan. El jugador te manda señales, a veces directamente o de forma indirecta, y tienes que saber leer qué necesita el grupo, que en ese momento era tranquilidad. Había un plan, y aunque todo no siempre sale como te gusta, el plan debía seguir adelante. Cuando los resultados no te acompañan es fácil que el grupo se deshaga, pero ocurrió lo contrario. El grupo entendió que era un toque de atención para saber que no valía con el 99%, que había que dar el 101. A partir del día de Lituania el equipo se lo cree y todos empezamos a creer de verdad. Hasta que no llega Lituania había que ser muy firme en las convicciones y seguir el plan trazado para no salirse del carril y no dudar.  

Scariolo tiene un rol que trasciende al de entrenador, es casi un educador o un padre para la gente joven que llega.

Sergio y yo nos conocemos desde el año 90 ¡La prehistoria! Le he visto evolucionar y 

: en su evolución ha sido capaz de empatizar con el jugador hasta el extremo. Y más en selección, sin perder jamás la jerarquía. Es complicado porque hacerte amigo de los jugadores es relativamente sencillo. Ser un jefe autoritario es relativamente sencillo. Pero lo difícil es lo que hace Sergio. Es ser capaz de sentirse muy cercano a los jugadores y a la vez que los jugadores sepan que él es el jefe del equipo. Y creo que eso tan sencillo de explicar, tan difícil de aplicar, es la clave de su éxito como seleccionador nacional y de la selección española.  

Y tiene un ejército de asistentes tan o igual de importantes según ha confesado él mismo.  

Hablamos de tres fisioterapeutas, dos preparadores físicos, la directora de ciencia del baloncesto, Lorena. Hablamos de un equipo de más de 38 personas, muchísimas personas perfectamente coordinadas y con todos los recursos a su disposición. ¿Eso te garantiza el éxito? No, pero te ayuda a trazar un camino que te acerca al éxito. 

¿Notan que los rivales respetan la camiseta más por estos 20 años que lleváis cosechando triunfos? 

Se nota mucho ese respeto, pero no sólo por los resultados, sino por la capacidad, por el compromiso de los jugadores y los técnicos con la selección. Me decía un buen amigo presidente de una federación muy importante al acabar el partido con Alemania: «The same story» (La misma historia). Eso es respeto. Ser capaces de ganar con Pau, Navarro o con Felipe tiene un mérito tremendo. Pero ser capaces de no bajar ni un peldaño sin ellos y estar a ese nivel de excelencia genera un respeto enorme. Un presidente asiático me preguntaba ¿Cómo lo hacéis en un país pequeño, un país de fútbol y un país históricamente de bajitos? Sólo se me ocurre decir primero por la estructura de competiciones, la estructura deportiva de baloncesto que tenemos en este país. Y por la capacidad competitiva y la autoconfianza que tiene los jugadores al llegar a la selección. Da igual si juegas contra Doncic o Antetokoumpo. Siempre competimos por ganar. Luego a veces la pelota entra y a veces no, pero el rival sabe que tiene a España delante.  

Mucha gente coincide en que el oro del Europeo ha sido el gran éxito del año del deporte español...

Es que es una historia muy bonita. Un viaje maravilloso en el que se fue creando una mentalidad para luchar contra las dificultades. Hubo jugadores que incorporaron más tarde, otros no compitieron en sus clubes como para llegar en el mejor estado... Es una historia que va mucho más allá de una medalla. Para mí es una de las mayores gestas del deporte español. La forma en cómo se ganó, con el grado de sacrificio y viendo a jugadores partirse literalmente el alma. Ver a un recién llegado como Lorenzo Brown hacer un esfuerzo físico enorme por estar a la altura de los grandes... Eso la gente lo siente. 

¿Qué valores han quedado más asociados al equipo? 

Uno de los momentos más bonitos, te lo digo de corazón, fue el pasado mundial Sub-17 masculino en Málaga. A través de llamadas entre amigos acabaron allí Pau, Navarro, Felipe. Mumbrú, Carlos Jiménez... para ver jugar a niños como Aday, Izán o Langarica. Fue muy emocionante. Somos miembros de un club de privilegiados que lo han dado todo por la selección y además somos amigos. Esa es la clave del éxito. Una filosofía que se transmite de generación en generación y durará muchos años, porque ese sentimiento es tan arraigado que no se pierde.

Hay otro rasgo que caracteriza a 'La Familia', el descaro.  

-Me acuerdo de un día que nos cruzamos con los estadounidenses y estaba Juan Carlos Navarro al lado de Ben Wallace, que era el doble que él. Y decíamos, ‘Hostia es que en realidad no deberíamos ni poder competir con ellos’. Pero ese descaro, ese talento de Juanqui, esa ambición, esa irreverencia, te hacen empatizar con este equipo. Y es una gozada para el espectador porque es lo que le engancha. 

¿Pesa la camiseta de España? 

No pongo nombres, pero muchos jugadores te dicen que es una responsabilidad vestirla porque la han visto competir de tú a tú en una final olímpica ante Estados Unidos o en un Europeo con Francia. Yal tiempo pesa a los rivales por el respeto que se ha ganado cuando la tienes enfrente. 

En 2023 celebran su centenario, ¿qué expectativas tienen? 

El centenario es una excusa preciosa para seguir creciendo. Llegamos al centenario de manera absolutamente irreal. En 2019 dije a mi equipo que quería que en el año 2023 la Federación Española fuera la mejor federación de baloncesto del mundo. Probablemente no lo seamos, o sí, pero somos los primeros en el ránking mundial, segundos en el femenino, terceros en formación, competitivamente somos los mejores de Europa, los segundos del mundo... Nuestras competiciones son las mejores de Europa, nuestros árbitros, nuestros entrenadores... ¿De nuestros jugadores qué digo? En 2023 queremos llamar la atención. Queremos que cada partido de la selección se convierta en un evento especial,. Un ‘yo estuve allí’ para los medios, aficionados, patrocinadores... Queremos mostrar el altísimo nivel del baloncesto español a día de hoy, a todos los niveles. No nos conformamos, queremos seguir creciendo. 

Gracias y suerte para 2023.

Gracias a vosotros.