Muerte de Pelé

'O Rei' de los Mundiales, el primer gran ídolo de masas

Dominaba todas las facetas del juego: gran cabeceador, finalizador y una técnica exquisita

'O Rei' de los Mundiales, el primer gran ídolo de masas.

'O Rei' de los Mundiales, el primer gran ídolo de masas.

Sergi Capdevila

El fútbol existía en Brasil antes de que irrumpiera Pelé. Vaya si existía. Pero no se puede entender su historia sin la figura del que es, para muchos, el primer gran ídolo de masas del balompié. El que le dio una dimensión planetaria. El único capaz hasta ahora de levantar cuatro Copas del Mundo. Porque hablar del trofeo dorado es directamente proporcional a hacerlo de ‘O Rei’.

Edson Arantes de Nascimento (su padre quiso llamarlo Edison por el inventor de la bombilla, pero un error en el registro provocó que fuera ya Edson para la posteridad) vio la ‘luz’ (nunca mejor dicho) un 23 de octubre de 1940 en el municipio de Tres Coraçoes, en Minas Gerais. De hecho, con su nacimiento su padre Dondinho (exjugador del Atlético Mineiro) quiso conmemorar el primer día en el que se instaló la luz eléctrica en el barrio. Quizás fueron todos esos factores los que hicieron que la carrera de la ‘perla negra’ iluminará al mundo.

SU DESCUBRIDOR

Después de iniciarse en la calle, como la gran mayoría de talentos brasileros de ayer y hoy en el fútbol latino, Pelé fichó a los 13 años por el Club Atlético Baurú. Ya se había mudado con su familia al estado de Sao Paulo. El paso previo a recalar en el club de su vida, el Santos. Valdemar de Brito, que había jugado el Mundial del 34 con la ‘canarinha’ se lo llevó al ‘Peixe’. Todo fue tan meteórico.

A PUNTO DE PERDERSE SU PRIMER MUNDIAL

A los 17 fue citado para disputar su primera Copa del Mundo, en Suecia. Y a punto estuvo de quedarse fuera porque un médico recomendó que no viajara por sus pies planos. Paradojas de la vida. Esa competición marcaría para siempre la carrera de ‘O Rei’. Empezó como suplente, pero acabó siendo protagonista del primer Mundial de la historia de Brasil.

A partir de ahí todo se precipitó para Edson. Se convirtió en ídolo. Una leyenda imberbe en Brasil. Aupó al Santos a lo más alto. Cinco Ligas seguidas (de 1961 a 1965), dos Copas Libertadores, dos Copas Intercontinentales. En una época donde emigrar a Europa no era la única salida. De hecho, era algo anómalo. Era otro fútbol. Dominaba todas las facetas del juego. Fino técnicamente, un finalizador implacable, un cabeceador voraz y con una potencia de salto y de remate tremendas.

UNA HORNADA DE ÉPOCA

Y con la ‘verdeamaralea’ se pasó el juego. Abanderó a dos generaciones encomiables, de época. En 1962, a los 21, conquistó Chile y agrandó su reinado. En México, en 1970, tras tomarse ‘un descanso’ en Inglaterra (se lesionó en la Copa del Mundo del ’66, donde fue objeto de una ‘cacería’), ya maduro, cerró el círculo. De hecho, fue su mejor participación a nivel individual. Tercera estrella, el único en la historia que lo ha logrado. Y vamos a ver si viviremos para ver al siguiente. Por el camino dejó obras de arte, sombreros antológicos.

Hasta la irrupción de Leo Messi, Pelé atesoraba casi la totalidad de los récords goleadores en el mundo del fútbol. Mantiene el de máximo goleador de la historia entre partidos oficiales y amistosos (1.301 goles).