Fútbol

El técnico rinconero Rodrigo Hernando, atrapado en Irán

El entrenador de fútbol, tras ser destituido por el Naft Masjed Soleyman FC, no ha podido salir del país ya que necesita que la embajada española le genere un código para pagar sus impuestos que no acaban de gestionarle

Rodrigo Hernando, entrenador afincado en Rincón de la Victoria, trata de regresar a casa desde Irán.

Rodrigo Hernando, entrenador afincado en Rincón de la Victoria, trata de regresar a casa desde Irán. / La Opinión

Beatriz Tocón

Beatriz Tocón

Rodrigo Hernando está viviendo un auténtico tormento. El entrenador de fútbol nacido en Burgos, pero afincado en Rincón de la Victoria desde los 13 años, es un clásico de los banquillos costasoleños. Dirigió casi un lustro a las categorías inferiores del Málaga CF, pero decidió conocer mundo y ahora se encuentra atrapado en Irán después de haber entrenado hasta finales de diciembre al Naft Masjed Soleyman FC, pero sin saber cómo regresar a su casa de Rincón.

«Ha sido una situación extraña por tema de visados. Yo vine con un visado de trabajo, pero eso lleva un proceso de unas semanas para tramitarse. Mientras se estaba haciendo, me destituyeron. Así que ese trámite se paralizó y dejé de ser un futuro residente en el país para pasar a ser un turista español», narra a La Opinión de Málaga desde un hotel iraní en el que espera solucionar sus problemas burocráticos. «Yo excedo los 30 días en este país que te permite un visado de turista. Yo no había venido con ese tipo de visado porque el mío era para ser residente, pero ahora paso a ser turista», cuenta Hernando.

Con esta nueva situación, se encuentra en un país en el que ya no trabaja. «Si yo hubiera obtenido el visado de residente, todo hubiera ido bien. Me hubieran generado un DNI para extranjeros y un código de Hacienda de Irán para pagar mis impuestos. El problema es que como no se hizo ese trámite, pero sí que trabajé aquí, tengo que pagar una serie de impuestos y esa gestión ahora me la tiene que hacer la embajada», explica.

«A mí en Irán me han atendido estupendamente. Es más, cuando voy a las oficinas de inmigración o a la policía siempre les hace ilusión ver a un extranjero y cuando les dices que eres entrenador de fútbol les encanta», a lo que añade las facilidades que le está dando también el que fue su club: «Están intentado ayudar en los trámites, me están costeando el hotel en Teherán y me mantuvieron en una residencia».

Ahora bien, los problemas llegan por la embajada española. «Acabé con el club el 21 de diciembre y el 22 me puse en contacto con la embajada para hacerles entender que yo terminaba aquí y que cómo podía realizar el trámite para salir del país y volver a Rincón de la Victoria. Tuve que llamar al teléfono de emergencia porque en los tres teléfonos que tenían no me cogieron. Me dijeron que enviara un correo electrónico y que se iban a poner en contacto conmigo en 2 ó 3 días porque justo coincidía con la Navidad. No tuve ninguna respuesta. Dejé que pasaran las fiestas y volví a escribir otro correo. Jamás recibí contestación. Lo que sí me respondieron es que no era problema suyo».

Durante su carrera en los banquillos, Rodrigo ha pasado por Portugal, Mongolia o Emiratos Árabes, pero nunca había vivido algo como esto. «Yo conozco los procesos a realizar sobre estos visados, es todo muy complicado. Lo que me duele es que me he encontrado con cero ayuda de mis compatriotas, que se supone están para eso», lamenta.

El problema es que ante esta situación ni siquiera sabe lo que necesita. «Aún no lo sé. Ahora parece que lo que me falta es poder obtener un código para pagar los impuestos como trabajador. Ahí es donde la embajada puede entrar de una forma muy sencilla, pero...».

Su situación ya la conoce el Gobierno de España. «El fin de semana islámico es jueves y viernes. Estaré a las 7:30 en las oficinas a las que me van enviando y creo que a lo largo del fin de semana español puedo avanzar. Quiero tener fe en que para inicios de la semana que viene, por mí mismo, a no ser que la embajada española interceda, podría volver», asegura Rodrigo Hernando. Ahora solo quiere cerrar esta aventura que se ha convertido en una pesadilla.

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