Baloncesto

El Gran Canaria se corona campeón de la Eurocopa por primera vez en su historia

El cuadro claretiano gana en un partido que llegó a ganar por más de 20 puntos pero terminó sufriendo

El Gran Canaria, campeón de la Eurocopa.

El Gran Canaria, campeón de la Eurocopa. / EFE

David Rodríguez

Por Pedro Montesdeoca, por el padre Domínguez, por Pepe Moriana, por Joaquín Costa, por Gregg Stewart, por Jim Moran, por Taph Savané, por Berni Hernández, por Roberto Guerra y por tantos otros que escribieron la historia de este club. Por fin llegó el gran día en el que el Gran Canaria conquistó Europa al alzarse con la Eurocup frente al Turk Telekom por 71-67.

Sesenta años han tenido que pasar para que el Gran Canaria se haya hecho con su primer título continental. Casi los mismos que pareció tardar la final de la Eurocup por lo infinito que se hizo el partido en el último cuarto cuando el equipo insular iba viendo como el Turk Telekom le había recortado dieciocho puntos, del 53-33 al 64-62 en diez minutos que se hicieron agónicos hasta el definitivo 71-67.

John Shurna fue elegido el MVP de la final gracias a sus 18 puntos y merced a un triple ejecutado a falta de tres minutos del final para rubricar un 67-62 con el que se abrió una brecha en el que los tiros libres de la agonía entre equipos determinaron el triunfo insular.

Tiempo de individualidades

Había advertido Erdem Can en la previa del encuentro que tenían que controlar el uno contra uno de los amarillos. Sabía el otomano que si las individualidades claretianas se sentían a gusto en la final pocas oportunidades iba a tener de poder competir el partido al mejor conjunto del torneo. Tanto lo sabía como Lakovic, que desde el primer balón al aire le dio los galones ofensivos a AJ Slaughter para que fuera disparando el termómetro de sus muñecas el tercer máximo anotador histórico de la competición.

Con el escolta en estado de ebullición, autor de siete de los nueve primeros puntos amarillos empezó a confiar el Granca en que esta vez el trofeo sí se iba a quedar en casa. Más aun si en el primer cuarto firmaba doce en su cuenta, que unidos a los ocho de Nico Brussino en el primer periodo, sabía el esloveno que sus mejores bazas para que el contador fuera variando sucesivamente estaban entonados.

Que iba a ser un partido a un marcador alto se vislumbraba ya desde que se deshizo el primer gajo de la naranja. Con 29-23 en el luminoso a falta de los tres últimos cuartos y con la rotación corta del Turk Telekom, la predicción podía ofrecer una vía amable para los amarillos hasta el trofeo. Por muchos pulmones que entrenen en Anakara, con mayor refresco y entonación de los de casa, una pequeña ventaja se posaba en el nido claretiano.

A tope de faltas

Por si fuera poco, encima los otomanos se iban cargando de faltas a medida que pasaba el choque. Tony Taylor, su base sumaba la tercera apenas cinco minutos transcurridos del segundo periodo, periodo cronológico que tardó el Gran Canaria en hincarle el colmillo a su rival para ya no soltarlo hasta el final de la contienda.

Si anteriormente había sido AJ y Nico quienes protagonizaron el vendaval ofensivo, ahora era Shurna quien les cogía el testigo y encadenaba 13 puntos para conjugarse con otros seis puntos seguidos de Olek Balcerowski y poner la máxima en el encuentro. El 46-24 suponía una losa en la moral turca de la magnitud de la caída de Constantinopla.

Pocos peros se le podía poner al equipo claretiano en la primera parte. Lideraba todos las claves necesarias para maniatar al Turk. Si el dúo Lakovic-Víctor García había imaginado un guion más favorable que el pertrechado en los primeros minutos es que irían dopados de auto confianza. Con un 47% de acierto en triples, 8 anotados de los 17 intentados, habían elevado el vuelo dirección al título.

Salvo Axel Bouteille, que reaccionó cuando el Granca gozaba de la máxima renta en la primera parte con ocho puntos seguidos de sus once en la mitad, el equipo visitante no carburaba. Ni el MVP del torneo Jerian Grant, que apenas sumó seis puntos a su saco y acumuló cuatro pérdidas, era capaz de tirar del carro turco.

Con nueve balones regalados por parte del rival insular, medio camino se le había allanado al Granca para regalarle una de las mayores alegrías -si no la que más- a una afición que se había divorciado del club en los últimos cuatros años de desavenencias con la plana dirigente.

Fallos y los árbitros

Aun así, el sendero se iba a llenar de espinas nada más regresar de los vestuarios. Del 53-33 que firmó Brussino con un triple nada más tocar el balón, se encajó un parcial 8-22 para que los turcos todavía creyeran en sus posibilidades.

Empezó a meterse poco a poco el Turk en la brega merced a dos factores trascendentales. El primero en lo deportivo dado que todos los triples que entraron en la primera mitad ahora no quisieron reproducirse y solo cayó uno por el cesto después de ocho intentos. Fallos y fallos para que el modo hormiguita de los de Erdem fuera cogiendo efecto.

El segundo motivo y no menos importante: porque los árbitros quisieron que hubiese emoción hasta el final. Cada decisión dudosa, e incluso las más claras, eran desfavorecedoras para los intereses locales. A cada silbatazo la desesperación de la parroquia de Siete Palmas era ensordecedora viendo cómo Khalifa Diop y Olek Balcerowski acumulaban cuatro faltas a falta de un cuarto con el 61-55 en el tanteador.

Cansancio

Sin embargo, para el último periodo ya entraron en juego todos los factores acumulados en los treinta minutos anteriores. El cansancio hacía mella en los turcos, que ya tiraban más de orgullo sus zapatillas que por convicción de obrar una de las machadas más heroicas que se hubiese escrito en los anales del deporte.

Tanta ventaja había acumulado el Gran Canaria en la primera parte que le sirvió para llegar con el dominio en el marcador en todo momento hasta el pitido final. A pesar de que se habían agarrotado los más de 600 músculos de los que se componen las figuras de los contendientes en la batalla, la emoción se disparó hasta límites insospechados cuando Jeraint Grant puso el 64-62.

Pero ahí, en el momento más crucial de la final apareció John Shurna para lanzar un triplazo con el que abrir una brecha de cinco puntos con el que coquetear hasta las últimas bocanadas del encuentro con el que se fue conviviendo desde la línea de tiros libres hasta el definitivo 71-67.

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71. Gran Canaria (29+21+11+10): Albicy (13), Brussino (11), Slaughter (16), Shurna (18) y Balcerowski (5) -equipo inicial-; Inglis (6), K. Diop (-), Salvó (-), Bassas (-), Stevic (-) y Benite (2). Entrenador: Jaka Lakovic.

67. Turk Telekom (23+10+22+12): Taylor (4), Grant (16), Yilmaz (-), Bouteille (17) y Jones (17) –equipo inicial- Erden (3), Sestina (7), Eric (-) y Yagmur (3). Entrenador: Erdem Can.

Árbitros: Sasa Pukl (Eslovenia), Rain Peerandi (Estonia) y Adar Peer (Israel). Sin eliminados.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la final de la Eurocopa -a partido único- disputado en el Gran Canaria Arena ante 9.869 espectadores. El Gran Canaria es el nuevo campeón de la competición continental.