Ciclismo

El Visma se impone en la crono por equipos de la París-Niza y Jorgenson es líder, seguido de Vingegaard

El Visma gana la contrarreloj por equipos de la prueba francesa donde se utilizó la fórmula de tomar los tiempos de forma individual y no colectiva como se hará en la salida del Tour 2026 en Barcelona

Los integrantes del Visma, con Jonas Vingegaard a la derecha, tras ganar la contrarreloj por equipos de la París-Niza.

Los integrantes del Visma, con Jonas Vingegaard a la derecha, tras ganar la contrarreloj por equipos de la París-Niza. / EFE

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

La contrarreloj por equipos de la París-Niza, tercera etapa de la carrera francesa que termina este domingo en la capital de la Costa Azul, sirvió como examen en el nuevo estilo de contar los tiempos en este tipo de especialidad que ya practica ASO, organizadora de la ‘carrera del sol’ y del Tour, y que se utilizarán dentro de un año y cuatro meses en la inauguración barcelonesa de la ronda francesa, en la meta de Montjuïc, frente al Estadi Olímpic.

Que ganase el Visma con Jonas Vingegaard a la cabeza -el estadounidense Matteo Jorgenson cruzó la línea de meta en primera posición, recompensa a la victoria de 2024 en la París-Niza y es el nuevo líder de la prueba-, no resultó ninguna sorpresa; de hecho, pese a los seis segundos de desventaja con su compañero norteamericano, el astro danés ya ha tomado el timón de la prueba que, a partir de ahora, con los esprints aparcados, se acerca a la montaña donde debe revivir emociones y exhibir la calidad que atesora. Este miércoles está programada la primera llegada en alto en la Lodge des Gardes, una estación de esquí enclavada en el Macizo Central no muy lejos de Clermont Ferrand.

Lo más interesante fue observar, a diferencia de las contrarrelojes por equipos tradicionales, que cada corredor sumaba el tiempo realizado sin necesidad de tomar el del quinto ciclista de la escuadra, el que marca los registros para la general, como suele ser costumbre y como se realizará el 27 de agosto en la etapa de estas características de la Vuelta con salida y llegada a Figueres.

En la París-Niza, una vez realizado el trabajo para el equipo, los gregarios se iban descolgado y fueron los líderes los que esprintaron en el último kilómetro. El que marcaba el mejor tiempo daba la victoria a su conjunto; en este caso, el Visma, y el resto iba llegando a meta con cierta tranquilidad. Así se favorece más el esfuerzo individual y son los jefes de fila; es decir, las estrellas quienes dan la cara.

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