El Atlético abandona en Cornellà sus escasas opciones de ganar LaLiga

Hasta para el Atlético es difícil creer en estas circunstancias. Ya solo le quedan nueve partido para acabar el campeonato y observa al Barça con seis puntos más, que este domingo podrían ser nueve si derrota al Girona en Montjuic. Demasiado. Todavía podía haber cierto margen para la esperanza si este sábado era capaz de ganar al Espanyol. Pero, desprovisto de la fe necesaria, solo pudo ser capaz de rascar un empate en Cornellà. Tres partidos ligueros ya sin victoria. Demasiado.

Tendrá que concentrar esfuerzos y concentración el Atlético en esa semifinal de Copa que le espera el miércoles contra el Barça (4-4 en la ida en Montjuic), ya su única opción de ganar un título esta temporada, al margen del Mundial de Clubes. Ante el Espanyol, simplemente ni pudo desplegar un nivel notable ni mereció llevarse más, permitiendo que un penalti transformado por Puado neutralizara el gol inicial de Azpilicueta.

Rotaciones de Simeone

La exigencia del parón internacional llevó a Simeone a dejar en el banquillo a tres de sus líderes, uno por línea. Los argentinos Julián Álvarez y De Paul y el uruguayo Giménez arrancaron la soleada de tarde de Cornellà esperando turno. El central, sin embargo, tuvo que vestirse de corto antes de tiempo, cuando aún no se había cumplido la media hora.

Ocurrió tras un aparatoso impacto de cabezas entre Roberto Fernández y Le Normand. El delantero perico se recuperó al cabo de unos segundos, pero el internacional español no tuvo más remedio que abandonar el campo, visiblemente conmocionado aunque por su propio pie. El recuerdo de aquel impacto con el madridista Tchouaméni que le mantuvo dos meses de baja y le obligó a regresar con un casco influyó con seguridad en la decisión de ser conservador y sustituirle.

Poca cosa había ocurrido hasta entonces, más allá de un gol anulado a Llorente a los tres minutos por un fuera de juego previo de Griezmann. Era clara la posición ilegal del francés. El Atlético dominaba más, pero sin apenas ocasiones. Joan García salvó la única, en un córner ensayado. Nada pudo hacer, sin embargo, en el minuto 38.

El golazo de Azpilicueta

Fue entonces cuando Azpilicueta marcó su primer gol en 133 partidos en Liga española, el primero que anotaba desde hace tres años, cuando aún capitaneaba el Chelsea. Kumbulla rechazó un envío atlético al área y el navarro se animó a volear desde la frontal del área. Uno de los goles del campeonato que el Espanyol protestó con vehemencia, reclamando una falta de Sorloth a Kumbulla. No habría pasado nada si Alberola Rojas la hubiese concedido, a decir verdad.

No había dado demasiadas señales de vida antes del golazo de Azpilicueta, pero menos aún dio a partir de entonces. El Atlético, que estaba concienciado para evitar posibles contragolpes de los catalanes, se esmeró en cuidar la pelota. Priorizó, en fin, que no ocurriera nada reseñable en el partido a partir de conservar la posesión del balón. La entrada de De Paul por Lino en el descanso le ayudó en esa faena.

El empate del Espanyol

Así de soso transcurría el duelo hasta que, a la hora de juego, Manolo recurrió a Expósito y Roca para lavarle la cara a su equipo. Y lo logró. Amagó el empate en un balón que Llorente le birló a Véliz cuando estaba a punto de fusilar a Oblak y lo acabó encontrando tras un agarrón de Lenglet a Cabrera en el área. El capitán Puado lo transformó sin titubeos para igualar el marcador.

A partir de entonces, el dominio fue cambiado a cada minuto, con ambos equipos con aparentes ganar de ir a por más pero con miedo de perder el botín conseguido provisionalmente. Normal en el caso de un Espanyol al que cualquier punto le puede dar la permanencia. Casi intrascendente para un Atlético que acabó sobrecargando el área del brillante Joan García, pero que abandonó en Cornellà las escasas opciones que pudiera tener de ganar esta Liga.