Evenepoel regresa este viernes tras el grave accidente de diciembre

La mañana transcurría tranquila. Era el 3 de diciembre. Remco Evenepoel había salido a entrenar en bici como todos los días, en un tiempo repartido entre su casa flamenca y la que tiene en Alicante. Una furgoneta de correos abrió la puerta trasera. El astro belga se la comió literalmente: el cuadro de la bici se partió en dos por el impacto y el corredor, el doble campeón olímpico, se rompió el omoplato, la mano derecha y una costilla. El accidente truncó la preparación invernal y retrasó hasta este mes de abril el retorno a la competición. Regresa este viernes en la Flecha de Brabante (Eurosport), la carrera que Óscar Freire ganó tres veces de forma consecutiva entre 2005 y 2007. 

Fue una recuperación más dura de lo previsto inicialmente. Tuvo que operarse y hasta febrero no pudo volver a subir a la bici. Apenas fueron 20 kilómetros; nada para un corredor profesional. Los problemas se le acumularon, nervios mientras veía el desfile del resto de las grandes figuras, con mayor o menor éxito, los Pogacar, Vingegaard, Roglic, Van der Poel y Van Aert competían mientras él sólo se fijaba en recuperarse del accidente sufrido, el segundo en gravedad de su carrera deportiva, después de caer por un puente mientras disputaba el ‘monumento’ de Lombardía, en 2020. 

La confesión

Simplemente, valgan sus palabras escritas esta misma semana en Instagram. “Por fin llegó la semana de mi regreso. Ha sido la batalla más dura de mi vida hasta ahora. Física y mentalmente he estado completamente hundido y hasta he dudado sobre mi futuro”, se sinceró el campeón olímpico. 

Ahora regresa con la mirada puesta en el Tour. Tiene tiempo suficiente para prepararse para el gran acontecimiento ciclista del año, donde espera enfrentarse a Pogacar y Vingegaard. En julio pasado acabó la carrera en tercera posición, en la ronda francesa de su debut, siempre por detrás de la pareja que luchaba por la victoria, pero con el resto de los rivales lejos de la rueda trasera de su bici. Fue el inicio de un verano magnífico que se elevó al máximo cuando ganó en París las medallas de oro en las pruebas olímpicas de contrarreloj y ruta. Luego llegó otro oro en el Mundial, siempre bajo la inspiración del cronómetro y acabó segundo en Lombardía por detrás de un Pogacar intratable. 

Si no hay cambios de aquí al domingo, Evenepoel y Pogacar se volverán a encontrar en la Amstel Gold Race, la clásica neerlandesa de la cerveza, antesala de la Flecha Valona, el miércoles que viene y duelo previo a la gran cita en la Lieja-Bastoña-Lieja, el último ‘monumento’ de primavera donde se espera que se rompa el empate –dos triunfos para cada uno de ellos- entre ellos belga y esloveno. 

Luego vendrá el Tour de Romandía (del 29 de abril al 4 de mayo), el Critérium del Dauphiné, ya en junio, para terminar de este modo la ruta ciclista hacia la ronda francesa que afrontará con 25 años. Era el último magnífico que debía entrar en acción entre las exhibiciones de Pogacar y Van der Poel, el rendimiento perfecto de Roglic, las dudas de Van Aert y la caída de Vingegaard. Ya están todos en acción para redondear la fiesta ciclista 2025.