Los accionistas de Gaz de France (GDF) fueron los que cerraron el procedimiento de ratificación de la unión con Suez al apoyarla un 99,9% de los que participaron en asamblea general. Previamente, la asamblea de Suez había dado su visto bueno con el 99,6% de los votos.

El futuro grupo fusionado, bautizado GDF Suez, que parte de una capitalización bursátil de más de 90.000 millones de euros si se suma la de las dos compañías, contará con una plantilla de cerca de 200.000 personas en el mundo y una facturación en 2007 de 74.300 millones de euros.

Esta última cifra la convertiría en la primera empresa energética europea por delante de la alemana E.ON y de la francesa EDF.

También será el líder mundial en el aprovisionamiento de gas natural licuado, el "número uno" en Europa por las compras de gas y la tercera mayor capitalización bursátil de la Bolsa de París sólo superada por la petrolera Total (117.000 millones de euros) y EDF (93.800 millones).

GDF Suez estará presente en el gas, la electricidad, servicios energéticos, el agua y el saneamiento.

El presidente del grupo franco-belga Suez, Gérard Mestrallet, lo será del nuevo conjunto, que empezará a cotizar como nueva entidad desde el próximo día 22.

El actual presidente de GDF, Jean-François Cirelli, se quedará como vicepresidente de una entidad que va a premiar a sus accionistas con un dividendo excepcional de 0,80 euros por acción pagaderos de aquí a finales de año.

Un reparto que se justifica en su estrategia de remuneración de los accionistas, con una promesa de incremento de los dividendos de entre el 10 y el 15% anual en el periodo entre 2007 y 2010.

Mestrallet aseguró que la fusión "aporta un elemento suplementario de seguridad en el aprovisionamiento" de Francia, en un mensaje que parecía dirigido a los que se inquietan por las consecuencias de esta mayor concentración del mercado en términos de competencia.

Una de las peculiaridades del nuevo conjunto es que el Estado francés será accionista a una altura del 35,6% del capital porque controla mayoritariamente GDF.

En febrero de 2006, el Gobierno francés, por boca de su entonces primer ministro, Dominique de Villepin, anunció el proyecto de fusión, como medio de proteger Suez de las ambiciones del italiano Enel que lo quería absorber.

Los sindicatos de GDF, que temían las consecuencias en términos de empleo y también una revisión del estatuto laboral, trataron de impugnar la operación ante la justicia, pero sólo consiguieron retrasarla.

El Ejecutivo inicialmente planteó una unión entre iguales, pero la cotización de ambas empresas desde comienzos de 2006 no evolucionó de forma pareja, sino que Suez subió mucho más e hizo imposible ese esquema.

Al final, mientras los accionistas de GDF recibirán 21 títulos de la nueva entidad, los de Suez tendrán 22 además del 65% del capital de la filial Suez Environnement, que se estrenará en Bolsa.

Aunque todavía no se ha fijado un precio de cotización para Suez Environnement, su valor implícito en términos de capitalización es de unos 7.600 millones de euros, 13.500 millones incluyendo el endeudamiento.

Entre los nuevos retos de GDF Suez, uno de los principales es un mayor desarrollo en el sector eléctrico en Europa, lo que podría pasar por su participación en la construcción de un reactor nuclear de tipo EPR como los que se están realizando en Finlandia y en Francia.

GDF Suez tomará una decisión el año próximo, cuando también se debería elegir el país que albergaría esas instalaciones, que absorberían una parte, aunque mínima, de los 30.000 millones de euros que el nuevo gigante tiene previsto invertir en el periodo 2008-2010.