La Bolsa de Lisboa vivió hoy un día negro con una caída de más del 3 por ciento, en reacción a la degradación de la calificación sobre la solvencia de Portugal que le asigna la agencia Moody's.

El mercado de valores luso perdió un 3,03 % y su principal índice, el PSI-20, cerró a 7.126,29 puntos.

Las mayores pérdidas se registraron en el sector financiero, el más expuesto a la calificación a la deuda lusa, que quedó a nivel de bono basura después de que el martes la mencionada agencia recortó cuatro niveles a la nota del país, hasta Ba2.

Los veinte títulos que cotizan en el selectivo luso cerraron en rojo y el Banco Comercial Portugués (BCP, participado por el Sabadell de España) fue el más castigado, con un descenso del 6,85 por ciento.

Las demás instituciones financieras rozaron también el seis por ciento en sus caídas, y el Banco Portugués de Inversiones (BPI, participado por la española La Caixa) perdió un 5,95 por ciento y el Banco Espíritu Santo (BES) un 5,68 %.

Las pérdidas se extendieron a las principales empresa lusas, como el grupo Sonae, el mayor conglomerado industrial del país, que cayó un 3,85 por ciento o Energías de Portugal (EDP) que perdió el 3,36 por ciento.

También cerraron en baja los títulos de la petrolera Galp, con el 1,36 por ciento y los de la operadora Portugal Telecom (PT) con un 3,11 por ciento.

La decisión de Moody's se reflejó además en la emisión de deuda que realizó hoy Portugal, que no llegó a colocar el máximo de mil millones de euros previsto en la subasta y vendió 848 millones a tres meses a un interés del 4,92 %, mayor que en la anterior colocación del 15 de junio (4,86).

La agencia Moody's rebajó la nota de Portugal, por el "creciente riesgo" de que el país incumpla sus planes de reducción del déficit y tenga que pedir más ayuda, aunque su decisión fue criticada hoy por varios gobiernos de la UE y por la Comisión Europea.

Las autoridades lusas se quejaron también del recorte de la calificación de Moody's, y el nuevo primer ministro conservador, Pedro Passos Coelho, comentó que había sido "como un puñetazo en el estómago".

El Gobierno portugués censuró a la agencia calificadora no haber tenido en cuenta las medidas extraordinarias de ajuste anunciadas la semana pasada para cumplir los acuerdos del rescate internacional de 78.000 millones de euros concedidos en mayo a Lisboa por Bruselas y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las críticas contra Moodys se extendieron hoy entre empresarios y banqueros de Portugal, que calificaron la medida de la agencia de calificación de riesgo de "terrorista", "precipitada", "injusta" o parte "de la guerra del dólar contra el euro", como afirmó el presidente del BES, Ricardo Salgado.

El presidente de EDP, Antonio Mexía, abogó, como otras personalidades portuguesas, por la creación de una agencia europea de calificación tras poner en tela de juicio la actuación de Moody's.