El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha denominado hoy como reflexión "normal" y "sencillísima" sus comentarios críticos sobre la concesión arriesgada de hipotecas por la banca, y se ha mostrado convencido de que el presidente de la CEOE, Joan Rosell, piensa igual.

Rosell dijo ayer que esas críticas de Pérez Rubalcaba eran "ocurrencias" y declaraciones "puntuales, muy cortas y casi improvisadas".

Pérez Rubalcaba ha rechazado también que sea "populismo", como ha indicado "algún banco", sino "estricta justicia", que se haya incrementado la cuantía de los ingresos inembargables de los ciudadanos cuando, una vez ejecutada la hipoteca y vendido el bien, queda todavía un saldo vivo de deuda.

El vicepresidente ha insistido en que los ciudadanos solicitaron hipotecas, de hasta 40 años, y los bancos arriesgaron al concederlas pues sabían que era "muy probable" que nos las pudieran pagar, y, al final, todo ha sido un "fiasco" por la crisis financiera.

"La reflexión que hice y que reiteraré es que los ciudadanos están pagando por esas hipotecas. Y los bancos -se ha preguntado- ¿no tienen ninguna responsabilidad, no tienen nada que decir?".

Además se ha referido a los bonos que cobran algunos directivos o altos ejecutivos del sector financiero.

Ha reconocido que los sueldos los establecen las empresas en una economía de mercado libre, pero no es menos cierto, ha agregado, que a la gente le parece "un exceso" difícil de justificar.