El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha pedido hoy prudencia en sus afirmaciones a los demás dirigentes europeos porque él y su Ejecutivo, ha subrayado, no hablan de otros países ni van "contra nadie" en el seno de la UE.

Rajoy ha hecho así su crítica a las numerosas declaraciones sobre la situación de España que se han hecho en las últimas semanas, por parte, entre otros, del presidente francés, Nicolás Sarkozy, o del primer ministro italiano, Mario Monti.

"Todos tenemos problemas y trabajamos para solucionarlos", ha señalado el presidente del Gobierno, quien espera por eso que "los demás hagan lo mismo, asuman sus responsabilidades y sean prudentes en sus afirmaciones", ha añadido en su reunión con el grupo parlamentario popular.

Rajoy ha añadido que todos los dirigentes europeos tienen una gran responsabilidad y todos quieren una Europa fuerte y un euro fuerte.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, candidato a su reelección, ha vuelto hoy a poner en cuestión la situación española al defender las reformas económicas adoptadas durante su mandato e insistir en que sin ellas Francia estaría como España y Grecia.

En su campaña para la reelección, Sarkozy lleva varios días vendiéndose como el líder capaz de evitar que su país caiga en una situación como la española y la griega.

Mientras, algunos periódicos italianos difunden hoy filtraciones sobre una conversación privada del primer ministro italiano, Mario Monti, en las que atribuye las nuevas presiones de los mercados sobre Italia a la crisis española, algo que también ha subrayado en declaraciones públicas esta mañana uno de sus ministros.

Antes de hacer esta petición a los demás líderes europeos, Mariano Rajoy ha subrayado que "nadie ha recibido una herencia" como la dejada por el anterior Gobierno socialista, a lo que se une la situación de "enorme complejidad" de los mercados, que hace que cueste "mucho más" financiar la deuda púbica.