La Comisión Europea rehusó hoy comentar las declaraciones del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, en las que pedía prudencia en sus comentarios sobre España a otros dirigentes europeos, pero sí solicitó unidad a los 17 países miembros del euro en la defensa de sus intereses comunes.

"Queremos que los 17 miembros de la zona euro avancen juntos para preservar el bien común: el euro", recalcó en la rueda de prensa diaria de la Comisión el portavoz Olivier Bailly, quien evitó entrar a comentar en detalle las declaraciones efectuadas estos últimos días por los líderes europeos.

Bailly incidió, no obstante, en que "un problema sobre la estabilidad macroeconómica y financiera de uno de los 17 países de la zona euro afecta a todos los demás" y aseguró que la CE "siempre ha presionado por soluciones colectivas y acciones consensuadas".

El portavoz recordó que hasta ahora los países del euro han actuado de manera coordinada siempre que ha habido que adoptar decisiones importantes como los rescates de Grecia, Irlanda, y Portugal, la creación de los fondos europeos de rescate o la adopción de las nuevas normas para reforzar la gobernanza económica. "Ayer, hoy y mañana mantendremos la misma línea", añadió.

Las declaraciones se produjeron a raíz de una pregunta sobre las tensiones surgidas recientemente entre los líderes italiano, francés y español por comentarios sobre la situación económica que atraviesa España.

Rajoy llegó a pedir ayer prudencia a los demás dirigentes europeos y aseguró que todos los países tienen problemas y trabajan para solucionarlos, pero que España no habla de otros socios europeos, ni va contra nadie en el seno de la UE.

La advertencia de Rajoy se produjo después de que trascendieran por segunda vez en los últimos días unas declaraciones en las que el primer ministro italiano, Mario Monti, achacaba la subida de la prima de riesgo italiana a la inestabilidad en España.

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, por su parte, también ha utilizado las referencias a España en su campaña electoral y se ha presentado como la solución para evitar que Francia acabe en una situación económica como la española o la griega.