La tradición se mantiene en el Banco Mundial y el doctor estadounidense Jim Yong Kim será su nuevo presidente a partir del 1 de julio, al imponerse a las dos aspirantes, la ministra nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala y el economista colombiano José Antonio Ocampo.

A pesar de los llamamientos de un "proceso abierto y transparente" y a la "ruptura" del pacto tácito entre EEUU y Europa que reparte el control del BM y el Fondo Monetario Internacional (FMI), respectivamente, por parte de los otros dos aspirantes, la candidatura favorita de Kim hizo valer el mayor poder de voto de las economías avanzadas en el organismo.

"El Directorio Ejecutivo siguió un nuevo proceso de selección en el que por primera vez en la historia contaba con varios candidatos. Sus candidaturas enriquecieron la discusión en el papel del presidente y la futura dirección del Banco Mundial", ha explicado la institución con sede en Washington.

En un breve comunicado tras conocerse su designación, Kim se ha mostrado "honrado" por la elección para el cargo y ha reiterado su compromiso por fortalecer "un crecimiento inclusivo y una respuesta efectiva a nuestros diversos clientes".

El candidato de EEUU, que se embarcó en una maratoniana gira mundial tras ser designado personalmente por el presidente Barack Obama, sucederá al también estadounidense Robert Zoellick, quien anunció que no optaría a la reelección tras sus cinco años de mandato.

Poco después de conocerse el nombramiento, Obama felicitó a Kim al destacar "su profundo conocimiento del mundo del desarrollo y su capacidad para enfrentarse y responder a desafíos complejos".

De este modo, se cierra por el momento el pulso por el poder dentro de las grandes instituciones internacionales surgidas en 1944 tras los acuerdos de Bretton Woods, con el que algunas de las potencias emergentes amagaron con desafiar los poderes establecidos de EEUU y Europa.

El pasado año se vivió una lucha similar por hacerse por el liderazgo del FMI entre la ex ministra de Finanzas de Francia, Christine Lagarde, y el presidente del Banco Central de México, Agustín Carstens.

Finalmente, Lagarde se impuso con el respaldo de Washington, entre otros, y las críticas de los emergentes se mostraron más retóricas que reales, ya que China o Brasil acabaron apoyando a la ex ministra francesa.

En esta ocasión, tanto Okonjo-Iweala como Ocampo defendieron un nuevo enfoque al frente del BM, la principal agencia de financiación al desarrollo, que dejara atrás la inercia histórica y abriese la presidencia a candidatos procedentes de países en desarrollo.

Ocampo anunció la pasada su retirada con el argumento de que su candidatura "sólo tenía sentido en un contexto de meritocracia. El proceso se ha convertido ahora en político" y pasó a apoyar a Okonjo-Iweala.

Por parte, la organización no gubernamental Oxfam Internacional lamentó que el nombramiento de Kim ha dañado la imagen de la institución.

"El Dr. Kim es una excelente elección como presidente del Banco Mundial y toda una personalidad en el mundo del desarrollo. Pero nunca sabremos si él era el mejor candidato para el puesto, ya que no ha habido una competición real y justa", indicó Elizabeth Stuart, directora de Oxfam en Washington.

Kim, de 52 años y nacido en Seúl pero de ciudadanía estadounidense, era hasta ahora presidente de la prestigiosa universidad Darmouth College de EEUU, y ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria profesional en el campo de la salud pública.

El nuevo presidente del BM, institución que el pasado año entregó más de 57.000 millones de dólares en ayuda al desarrollo, tomará posesión el próximo 1 de julio.