El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha reconocido que la entidad supervisora ha podido equivocarse en ocasiones, pero ha defendido que las decisiones tomadas han estado siempre basadas en criterios "exclusivamente profesionales".

En el discurso pronunciado ante el Consejo de Gobierno del Banco de España, el gobernador saliente ha confiado en que el tiempo "coloque a cada uno en su sitio" y que el trabajo de la entidad sea reconocido y "justamente valorado por todos".

Se trata de la despedida de Fernández Ordóñez, que este domingo dejará el cargo después de un mandato de seis años, en el que la actuación de la institución se ha puesto en entredicho, especialmente por su gestión de la crisis financiera.

En opinión del gobernador, los países "más ricos y con mayor solidez democrática del mundo" son los que cuentan con organismos reguladores y supervisores competentes e independientes que suponen un contrapeso a las posibles tentaciones intervencionistas de los gobiernos.

En el caso concreto del Banco de España, ha hecho hincapié en que el respeto por parte del Gobierno es un elemento crucial para mantener la confianza interna y externa de sistema bancario español y para superar los "grandes retos" que se presentan en este momento.

A ese respeto contribuye el hecho de que el supervisor tenga que rendir cuentas "inexcusablemente" ante el Parlamento, si bien ha defendido que ese examen no sólo sea una obligación sino también un derecho de la entidad, ya que la transparencia es una "ayuda inestimable para salvaguardar la independencia de la institución de las posibles interferencias de las autoridades y grupos de interés".

En los últimos días, Fernández Ordóñez había mostrado su deseo de comparecer en el Congreso de los Diputados para explicar la actuación de la entidad en la crisis de Bankia, que llevó a la nacionalización del banco por parte del Gobierno.

En el discurso pronunciado hoy, el gobernador también ha querido agradecer la labor de su equipo durante sus años de mandato y entre las actuaciones llevadas a cabo ha destacado el apartar a la mayoría de los gestores de 30 entidades de crédito, transformar las cajas de ahorros en bancos o evaluar numerosos planes de saneamiento y recapitalización.

Todo ello, ha dicho, "cumpliendo con el encargo de los distintos gobiernos de minimizar el recurso al contribuyente".

Asimismo, ha destacado que la imagen de los grandes bancos se ha mantenido sistemáticamente por encima de la de los 23 mayores bancos del mundo durante toda la crisis hasta que, en las últimas semanas, "se ha entrado en una espiral de caídas de las calificaciones" y se han extendido las dudas sobre la totalidad del sistema bancario español.