España ha colocado hoy 3.011 millones de euros, ligeramente por encima de lo previsto, en letras a tres y nueves meses al menor interés jamás aplicado a ambas denominaciones desde que el Tesoro facilita los datos de estas referencias.

De los 3.011 millones adjudicados hoy, 855,24 han salido a tres meses con una rentabilidad del 0,15 %, la mitad de la aplicada hace un mes (0,34 %) y la menor de la serie histórica de esta referencia, que comienza en 1991.

Los 2.156,47 millones restantes se han colocado a nueve meses, una denominación que se ha estrenado en 2013, con un interés del 0,825 %, frente al 1,06 % de marzo.

La ratio de cobertura, que es la proporción entre la demanda de las entidades y el importe finalmente adjudicado, ha sido muy alto, 2,7 veces, ya que las solicitudes han superado lo 8.330 millones de euros; en concreto, en las letras a tres meses este indicador ha sido de 3,7 veces.

El mercado secundario de deuda anticipaba que la emisión española se cerraría con comodidad y rebajas en el interés, ya que la prima de riesgo de España se situaba hoy en tasa diaria en torno a 320 puntos básicos, su nivel más bajo de los últimos doce meses.

El rendimiento del bono a diez años, cuyo diferencial con el alemán del mismo plazo permite medir el riesgo país, evolucionaba a la baja y se situaba tras la emisión en el 4,387 %, su nivel más bajo desde mediados de noviembre de 2010; desde ayer, ha perdido más de una décima.

A lo largo del año, España ha encadenado una tras otra una serie de emisiones de deuda en las que ha captado siempre por encima del importe previsto con menores intereses.

Y ello, pese a las tensiones que han provocado en los mercados el rescate de Chipre, la situación de ingobernabilidad en la que ha quedado Italia tras las elecciones de febrero o el rechazo del Tribunal Constitucional de Portugal a determinados ajustes.

Al apoyo implícito de las medidas de estímulo aprobadas por el Banco de Japón, que suponen que la entidad comprará deuda soberana de la zona del euro, se añade la convicción de que el Banco Central Europeo (BCE) está dispuesto a intervenir si fuera necesario.