Franco Bernabè presentó este jueves su dimisión como presidente de la operadora Telecom Italia, que afronta un momento crucial para su futuro, tras el reciente acuerdo alcanzado por el grupo español Telefónica para aumentar su participación en su accionista de referencia, el consorcio Telco.

Según informó la compañía italiana en un comunicado, Bernabè formalizó su renuncia, de la que se venía hablando en los últimos días, durante el Consejo de Administración de la compañía que se celebra en Milán (norte de Italia) y que tras esta dimisión prosigue bajo la dirección del vicepresidente, Aldo Minucci.

"El Consejo de Administración ha expresado su más sincero agradecimiento a Franco Bernabè por el gran compromiso y la elevada contribución gestora aportada en estos años al frente de la compañía", reza la nota.

La dimisión de Bernabè fue el asunto que abrió este jueves la reunión del Consejo de Administración, que en su orden del día tiene además el estudio de su futuro más inmediato, sobre todo las posibles repercusiones en materia de competencia por su presencia en los mercados de Argentina y Brasil, en los que también tiene intereses Telefónica.

Según fuentes próximas a la compañía, la marcha del directivo italiano, presidente ejecutivo de Telecom Italia desde abril de 2011 y consejero delegado en los tres años anteriores, se debe a que Bernabè pretende con este movimiento evitar divisiones en la operadora en torno a las medidas que deben acometer para hacer frente a su complicada situación financiera.

Bernabè lanzó una propuesta que no parece contar con la aprobación de sus principales socios: una ampliación de capital de al menos 3.000 millones de euros como fórmula para afrontar la situación de Telecom Italia, que a fecha de 30 de junio de 2013 tenía un endeudamiento financiero neto de 28.813 millones de euros.

Los principales accionistas de la compañía, que controlan el 22,4 % de su accionariado, anunciaron el pasado 24 de septiembre un acuerdo por el que aumenta su participación en el consorcio con el que gestionan esas acciones con el único socio español, Telefónica.

Por este acuerdo, Telefónica, que cuenta con el 46,18 % de Telco, llegará a tener el 70 % del control económico, pero no de voto (inmediatamente llega al 66 %), aunque puede llegar a controlar el total de este consorcio si decide ejercer la opción de compra que le han otorgado los accionistas.

Esta cuestión despertó los recelos de gran parte de la clase política italiana, que expresó su disconformidad con el hecho de que la antigua compañía estatal de teléfonos, incluida la red de líneas fijas, pueda quedar ahora bajo control de un grupo español.