Las últimas estadísticas sobre vivienda hablan de repuntes en el número de compraventas y, en algunos casos, incluso de ligeras alzas de precios. Lo que está claro es que el mercado inmobiliario está dejando atrás el largo camino de caídas pronunciadas de los últimos años.

La recuperación económica se nota con cuentagotas en el bolsillo de los españoles, pero ya parece reflejarse en una mayor demanda de vivienda, pese a que los números siguen estando muy lejos de los máximos. Además, según el portal especializado tucasa.com, a ello está contribuyendo también una cierta flexibilización en el acceso al crédito por parte de las entidades financieras.

A quienes estén pensando en comprar ahora les puede asaltar una duda razonable: ¿vivienda nueva o vivienda usada? Los pros y los contras de ambas opciones habrá que comprobarlos en toda su dimensión, atendiendo también a si esa compra es para adquirir una primera vivienda o si tratamos de buscar una rentabilidad a través del arrendamiento.

El precio. Según el INE, el precio de las casas nuevas subió en 2014 un 1,9%, mientras que el de las usadas repuntó un 1,7%. Este dato contrasta con el de algunos organismos, que siguen apuntando a ligeras bajadas de precios. Según el Ministerio de Fomento, por ejemplo, el precio de la vivienda nueva (de menos de dos años, según sus estadísticas) se redujo en tasa interanual un 1,2%, hasta los 1.517,6 euros por mero cuadrado, mientras que el de la vivienda usada bajó un 0,2%, hasta 1.441,4 euros. Tener en cuenta el recorrido de estos datos es importante antes de decidirse.

El tamaño. Las viviendas nuevas tienen precios mayores, por lo que, con un presupuesto similar, tendremos que recortar por el lado de los metros cuadrados si nos decidimos por esta opción. Por el otro lado, una vivienda nueva puede proporcionarnos una distribución más acorde a nuestras necesidades, en contraposición al diseño de los espacios de un inmueble de segunda mano, que podría obligarnos a realizar obras antes de entrar a vivir, con el consiguiente gasto añadido.

Los impuestos. Tal y como indica tucasa.com, por una vivienda nueva pagaremos el IVA, un 10% del precio de venta, mientras que por una casa de segunda mano debemos abonar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que se mueve en España entre el 6% y el 8% dependiendo de la comunidad autónoma y el coste.

La ubicación. Elegir una buena ubicación es clave. Habitualmente, las viviendas nuevas se encuentran en zonas periféricas, mientras que las usadas suelen hallarse en barrios más céntricos, lo que en ocasiones nos acerca a los servicios básicos.

Otros gastos. Muy habitualmente, las viviendas nuevas cuentan con mejores infraestructuras, algo positivo, peor que también conlleva un gasto extra de mantenimiento que se traducirá en unos pagos más elevados de comunidad.