El ministro español de Economía, Luis de Guindos, y el titular de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, han formalizado sus candidaturas para encabezar el Eurogrupo antes de que venciera el plazo, en ambos casos con la confianza de tener los apoyos para liderar este foro durante los próximos 30 meses.

Tanto De Guindos como Dijsselbloem, cuyo mandato como presidente del Eurogrupo vence el próximo 21 de julio, enviaron sus cartas de motivación a sus homólogos, en las que presentan sus argumentos que, en su opinión, les validan para ejercer el máximo cargo de responsabilidad en este órgano de los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona.

De momento no hay certeza de que la votación sobre las dos candidaturas se celebre en el Eurogrupo del jueves, a la espera de que el Grupo de Trabajo del Euro concrete la agenda.

El titular español de Economía se ha mostrado esperanzado en que será el próximo presidente del Eurogrupo al considerar que es mejor que lo sea "el ministro de un país que ha estado al borde del colapso y que ahora crece el doble que la zona del euro".

Ha subrayado que España tiene apoyos y bajas, pero que las adhesiones normalmente no se expresan en público.

Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo desde enero de 2013, dijo por su parte que tiene la "confianza" de ser reelegido, según un portavoz.

En su carta de motivación, De Guindos subraya que quedan "importantes retos" en la eurozona tras haber superado lo peor de la crisis y asevera que "la zona del euro necesita no sólo un bombero, sino también un constructor".

La eurozona, dice, necesita ahora centrarse más en mejorar la resistencia de sus economías y de los fundamentos institucionales, seguir trabajando para promover un crecimiento sostenible y la creación de empleos, así como asegurar el ágil funcionamiento de la Unión Económica y Monetaria.

En opinión de De Guindos, el Eurogrupo necesita una presidencia capaz de mirar al futuro y de consolidarlo como una de las piedras angulares de la política económica de la Unión, una presidencia fuerte para el momento de completar la Unión Económica y Monetaria (UEM) y liderazgo político y experiencia en el euro.

"Creo que puedo reunir todos estos requisitos", afirma De Guindos, quien sostiene que su experiencia como ministro de Economía de un país que ha sido "capaz de superar la más grave crisis de su historia moderna en un corto periodo de tiempo es ciertamente un activo valioso adicional".

El ministro promueve reforzar la coordinación de las políticas económicas y las condiciones para la estabilidad macroeconómica y un crecimiento sostenible, prestar "más atención" a reformas estructurales para que impulsen el crecimiento y consolidar la recuperación y activar inversiones.

Considera que las economías con una deuda todavía muy elevada deben continuar la consolidación, pero que la eurozona debe prestar atención a que las políticas presupuestarias sean compatibles con el crecimiento, y recomienda completar la unión bancaria, reforzar el mercado interior y la UEM y mejorar la legitimidad democrática de la gobernanza económica de la eurozona.

Y propone que el presidente del Eurogrupo tenga las herramientas organizativas y administrativas adecuadas para asumir sus responsabilidades "con un grado apropiado de dedicación", en referencia al debate sobre si el cargo debe ser permanente o no.

Dijsselbloem por su parte que quiere preparar a la eurozona para los retos económicos tras la crisis, para lo que propone reformar las economías nacionales de forma concertada y, en paralelo, reforzar la unión monetaria.

"Tenemos que acelerar la modernización de nuestras economías y necesitamos crear una eurozona que se convierta de nuevo en más atractiva para las inversiones privadas", argumenta en su misiva a sus homólogos en el Eurogrupo.

Considera que los estados miembros de la eurozona deben acordar una "serie limitada de reformas cruciales comunes" para el funcionamiento ágil de la UEM y crear un "nivel de ambición común" al fijar "puntos de referencia a mejores prácticas y calendarios concretos" para la ejecución y la convergencia de políticas.

Igualmente propone hacer una evaluación comparativa de indicadores estructurales en los presupuestos, tales como el porcentaje del gasto para educación y crear "consejos nacionales de competitividad".

Asimismo, recomienda sustituir las largas listas de recomendaciones por países por una "lista limitada de reformas para un periodo plurianual".

A nivel europeo aboga por implementar rápidamente y eficazmente el fondo europeo de inversiones, completar y aplicar plenamente la unión bancaria, completar asimismo el mercado único con una atención especial en los mercados digital, de servicios y energético, y avanzar en la unión de mercados de capitales.