El Banco Central Europeo (BCE) informó este domingo de que decidió mantener en el nivel actual los préstamos de emergencia para las entidades financieras griegas y aseguró que observa de cerca la situación de Grecia.

El consejo de gobierno del BCE se reunió este domingo por teleconferencia para decidir si mantenía la liquidez para los bancos griegos, después de que se interrumpieran las negociaciones entre Atenas y sus acreedores y el Gobierno griego decidiera convocar un referéndum para votar la propuesta de ayuda.

En un comunicado, la entidad monetaria dio la bienvenida "al compromiso de los ministros de los Estados miembros de la zona del euro de tomar todas las medidas necesarias para mejorar más la resistencia de las economías de la zona del euro y de estar preparados para dar pasos decisivos para fortalecer la Unión Económica y Monetaria".

El BCE, afirmó, "trabajará estrechamente con el Banco de Grecia para mantener la estabilidad financiera".

Dadas las actuales circunstancias, el consejo de gobierno del BCE decidió mantener en el nivel establecido el viernes la cantidad máxima de préstamos que las entidades griegas pueden pedir al Banco de Grecia a través del programa de provisión urgente de liquidez.

Esa cantidad máxima de préstamos de emergencia se acerca a los 90.000 millones de euros.

Según la nota, "el consejo de gobierno está preparado para reconsiderar esta decisión".

"Continuaremos trabajando estrechamente con el Banco de Grecia y respaldamos fuertemente el compromiso de los Estados miembros de actuar para afrontar las fragilidades de las economías de la zona del euro", resaltó el presidente del BCE, Mario Draghi.

El gobernador del Banco de Grecia, Yannis Stournaras, dijo que esa institución, "como miembro del Eurosistema, tomará todas las medidas necesarias para asegurar la estabilidad financiera de los ciudadanos griegos en estas difíciles circunstancias".

El consejo de gobierno observa de cerca la situación en los mercados financieros y las implicaciones para la política monetaria y para el equilibro de riesgos de cara a la estabilidad de precios en la zona del euro, añadió el BCE.

El Banco Central Europeo hizo hincapié en que está determinado a usar todos los instrumentos disponibles dentro de su mandato.

Hay que recordar que la liquidez de emergencia a un Estado miembro no está supeditada a que esté vigente un programa de rescate, sino que depende de la solvencia de sus bancos.

No obstante, un posible impago de Grecia de los 1.500 millones que debe abonar al Fondo Monetario Internacional (FMI) el 30 de junio pondría en cuestión la solvencia del Estado, lo que a su vez repercutiría en la banca, según han explicado las fuentes consultadas.

Colas en los cajeros

Las colas en los cajeros automáticos se han multiplicado tras el fracaso de las negociaciones para la prórroga del rescate y tras la convocatoria por parte del Gobierno griego de un referéndum para el 5 de julio sobre la última propuesta de los prestamistas internacionales. El Gobierno del primer ministro Alexis Tsipras dio a entender que pedirá el 'No' en el referéndum.

Durante el fin de semana en las calles de Grecia se han visto largas filas de ciudadanos que retiraban efectivo de los cajeros, hasta unos 400 millones de euros, que se suman a otros casi 4.000 millones que sacaron de sus bancos en la semana precedente por miedo a que el país termine fuera de la eurozona.

El consejo de gobierno observa de cerca la situación en los mercados financieros y las implicaciones para la política monetaria y el equilibro de riesgos para la estabilidad de precios en la zona del euro.

Asimismo el BCE hizo hincapié en que está decidido a usar todos los instrumentos disponibles dentro de su mandato.

Estos instrumentos incluyen inyecciones de liquidez y compras de deuda, que influyen en el nivel de los tipos de interés en los mercados.

Compra de deuda griega

El actual presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, y otros cinco miembros del consejo de gobierno votaron ya la semana pasada en contra de mantener la ayuda financiera a los bancos griegos, según algunos medios, si bien el BCE no ha dicho nada al respecto.

El BCE y los bancos centrales de la zona del euro comenzaron a comprar en mayo de 2010, bajo la presidencia del francés Jean-Claude Trichet, deuda soberana de Grecia, que ya no se podía financiar en el mercado a tipos de interés razonables.

Aunque las compras se pararon ya en marzo, este programa finalizó en septiembre de 2012, cuando el BCE, que tiene deuda griega por valor nominal de 19.800 millones de euros, decidió iniciar un segundo programa de compra de deuda, que nunca ha llegado a aplicar pero que sirvió para frenar los movimientos especulativos en el mercado, que entonces penalizaban a España e Italia.

Desde marzo de este año el BCE y los bancos centrales nacionales compran grandes cantidades de deuda pública de los países de la zona del euro pero Grecia está excluida de este programa.