Los funerales son un trámite necesario del que no podemos evadirnos, por muy costosos que sean. El tanatorio, el ataúd, las flores, la esquela, la sepultura, el enterramiento o la incineración son sólo algunos de los gastos de los que la familia del fallecido tiene que hacerse cargo.

Aunque los servicios funerarios están considerados como servicios de interés general, un sepelio cuesta de media en España de 3.500 euros. Pero estos precios se disparan en zonas como Tarragona o Barcelona, donde los funerales ascienden hasta la friolera cifra de 5.000 o 6.000 euros.

Y es que la subida del IVA del 8% al 21% de los últimos años ha obligado a los servicios funerarios a encarecer sus costes para no entrar en pérdidas.

A pesar de este aumento de los costes, el sector funerario cuenta con una demanda particularmente estable. En España se producen cada año una media de 390.000 defunciones.

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En los últimos años el número de fallecidos en nuestro país ha ido en aumento, llegando a los 402.950 en 2012. Este aumento de la tasa de mortalidad repercute sobre el sector funerario, cuya demanda es de primera necesidad.

Un sector con escasa competencia

La liberación que el mercado funerario español vivió en 1996 permitió la entrada en escena de numerosas empresas funerarias en localidades en localidades en las que sólo operaba en solitario la empresa en la que participaba el Ayuntamiento.

En 2009 otra ley, conocida como Ómnibus, eliminó algunas de las trabas que existían para conseguir una licencia funeraria. Sin embargo, muchos ayuntamientos aún no han adaptado sus ordenanzas a esta legislación y en ellos continúa operando una única funeraria, dando lugar a los oligopolios.

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Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística sobre este sector, en 2010 eran sólo 1.616 empresas las que se repartían en nuestro país un volumen total de negocio de 978.358 euros.

Unos costes desorbitados

Morirse en España cuesta de media 3.545 euros. O al menos eso es lo que se desprende del estudio realizado en 2013 por la OCU en 31 ciudades españolas. Sin embargo, el mismo informe aprecia diferencias de precios enormes entre ciudades.

Cuenca sería la ciudad más barata de las 31 analizadas. Aquí, el coste de un sepelio discreto se queda en 2.261 euros. Las localidades canarias de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas y Málaga son otras de las más baratas, con costes medios de 2.397, 2.662 y 2.665 euros, respectivamente.

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Estas cifras no parecen muy desorbitadas si las comparamos con los 6.441 euros de media que cuesta un funeral en Barcelona. Tarragona es la otra localidad más cara, con un coste de 5.323 euros, seguida de cerca por Vigo, donde morirse cuesta unos 5.179 euros.

Según el estudio de la OCU señala que únicamente se puede ahorrar (hasta 2.000 euros) en las localidades donde existe competencia en el sector.

No obstante, el estudio de la OCU señala que en las ciudades en las que existe competencia en el sector se pueden ahorrar hasta 2.000 euros. En las que existe el monopolio municipal los precios seguirán siendo desorbitados.