La evolución económica reciente se ha encargado de despejar cualquier atisbo de duda acerca de la necesidad de desplegar nuevos modelos productivos que permitan dotar a la economía de una mayor flexibilidad y de una base más sólida, a efectos de secundar un crecimiento inteligente, sostenible e integrador, como propone la Comisión Europea en su Estrategia Europa 2020. Sin renunciar a la aportación de actividades generadoras de efectos expansivos a corto plazo, ni a la aportación de ningún segmento productivo, su configuración debe descansar en buena medida en sectores con capacidad de creación de empleos de alto valor añadido y efectos multiplicativos sobre la productividad global.

La promoción del emprendimiento y del conocimiento, sustentado en los pilares de la formación, la investigación y la innovación, son piezas fundamentales para el éxito de dicha estrategia. La mejora de la competitividad es una exigencia ineludible en un mundo globalizado, pero el nuevo modelo debe ser capaz de armonizar el logro de ese objetivo con la garantía de la cohesión social y la preservación del equilibrio medioambiental.

Naturalmente, para que las iniciativas adoptadas encuentren un caldo de cultivo adecuado, se precisa de la disposición de amplias bases factoriales, concretadas en un entorno tecnológico, cultural, turístico, universitario y profesional de primer nivel, y una red de infraestructuras que garanticen la generación de oportunidades, de sinergias en la innovación y de capacidades de desarrollo empresarial, así como la puesta en marcha de proyectos relevantes en materia de I+D+i.

En este sentido, afortunadamente, la provincia de Málaga cuenta con potentes instrumentos, que, eficazmente empleados, pueden contribuir a avanzar en la configuración de una economía inteligente e innovadora. Dentro de ese entramado, un rol crucial corresponde al Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), dada la proyección que hace de Málaga en el mapa tecnológico europeo y su papel estratégico en el modelo de innovación regional, mediante el desarrollo y la explotación de sinergias entre las empresas, organizaciones y entidades de carácter científico y tecnológico que en él se ubican, y la transferencia de tecnología y difusión de los resultados de los proyectos desarrollados a través de la red de centros de investigación y universidades con las que interactúa. En esta vertiente, el papel desempeñado por la Universidad de Málaga (UMA) resulta trascendental, al igual que en la promoción del desarrollo de un amplio rango de habilidades y competencias para innovar y emprender.

Asimismo, dispone de un sólido tejido productivo, con empresas que han apostado decididamente por el desarrollo tecnológico y la innovación, tanto en productos como en procesos, permitiéndoles erigirse en referentes en los mercados nacionales en esta materia, y alcanzar una creciente penetración en el ámbito exterior.

En el caso concreto de Málaga capital, a través de una puesta en común de los sectores público y privado, así como de la implicación de todos los agentes económicos y sociales, sustentada en una amplia participación ciudadana, en el Plan Estratégico se viene desarrollando una línea específica denominada ‘Málaga Innov@’, que persigue situar a la ciudad en la vanguardia del conocimiento y la innovación, tomando como referencia el modelo de smart city.

Por lo que se refiere a Unicaja Banco, hoy día una sociedad que cotiza en Bolsa, ha mostrado una disposición permanente de adaptación a los avances tecnológicos, de especial trascendencia y aplicabilidad en un sector tan intensivo en información como el financiero. La valoración de la importancia estratégica del componente tecnológico llevó a la entidad a dotarse de un centro de proceso de datos propio, de los más avanzados del sector, ubicado en la ciudad de Ronda. Actualmente, nos encontramos inmersos en el desarrollo de un Plan de Sistemas y de Transformación Digital con el objetivo de afrontar los cambios y la adaptación a los nuevos escenarios tecnológicos del sistema financiero, y disponer de una plataforma bancaria eficiente para integrar de forma ágil al cliente proporcionándole una experiencia digital homogénea, flexible y personalizada.

Tenemos la convicción de que la innovación y la digitalización están llamadas a tener un protagonismo esencial para que el juego de las variables que intervienen en el álgebra del crecimiento opere en el sentido adecuado, por lo que con su fomento y desarrollo estaremos contribuyendo a la mejora del bienestar y la prosperidad de la provincia de Málaga.

*Manuel Azuaga Moreno es presidente de Unicaja Banco