Los líderes de la Unión Europea, salvo el Reino Unido, llegaron este viernes a un primer acuerdo para avanzar en la reforma con la que buscan blindar la eurozona frente a futuras crisis, pero aplazaron a diciembre de este año las decisiones concretas y los asuntos más espinosos.

"Hemos encontrado acuerdo para progresar en completar la unión bancaria y reformar el Mecanismo Europeo de Estabilidad, incluida (la tarea de) proporcionar un cortafuegos para el Fondo Único de Resolución", dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en la rueda de prensa tras la cumbre.

Los jefes de Estado y de Gobierno limitaron así su pacto a las dos reformas que partían con mayor consenso y renunciaron a dar pasos más ambiciosos en la unión bancaria.

La reunión anunciada como crucial para impulsar la reforma del euro aprovechando la recuperación económica terminó más bien con una patada hacia adelante, en la que los líderes emplazaron a una nueva cumbre en diciembre de 2018 como horizonte para fijar los detalles del acuerdo y volver a debatir las ideas sobre la mesa.

La declaración emitida tras la reunión acoge la propuesta franco-alemana para la eurozona y las contribuciones nacionales, y refleja el acuerdo para "reforzar" el Mecanismo Europeo de Estabilidad (el fondo de rescate de la eurozona) y hacerle responsable del cortafuegos del Fondo Único de Resolución bancaria (FUR).

Esta línea de seguridad debe completar la financiación con que cuenta el FUR para garantizar que la eurozona puede hacer frente de forma conjunta a quiebras bancarias que requieran intervención europea y sean de tal envergadura que se agote el dinero disponible en el fondo.

La idea es que el MEDE lo proporcione en forma de una línea de crédito cuyo volumen debería ser similar al del fondo (la Comisión Europea estima 60.000 millones de euros) y que pueda estar en vigor incluso antes de 2024 si se progresa en la reducción de los riesgos del sector bancario.

En cuanto al resto de la reforma, el objetivo es dar al MEDE más poder en futuros rescates y en la vigilancia económica de los Estados en cooperación con la Comisión.

"Queremos crear algo similar a un Fondo Monetario Europeo, que tendrá la capacidad de analizar la capacidad económica de los Estados miembros, asegurar su sostenibilidad", dijo la canciller alemana, Angela Merkel.

Sobre la mesa estará también la propuesta de París y Berlín de ligar los futuros rescates a una reestructuración de la deuda del país si se revela necesario, para lo que piden introducir cláusulas que facilitarían que los acreedores privados asuman pérdidas en caso de quiebra.

Los Veintisiete pidieron a los ministros de Finanzas que preparen los detalles de la reforma del MEDE y del cortafuegos de aquí al próximo diciembre.

Más vaga es la conclusión sobre el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos, dónde solo "invitan al Eurogrupo a trabajar en una hoja de ruta para empezar las negociaciones políticas" sobre el mismo, sin precisar cuándo ni cómo esperan ponerlo en marcha.

El pilar clave que falta en la unión bancaria no encuentra consenso por el recelo de países como Holanda o Alemania a pagar por los desmanes de la banca en otros.

"No sé lo que significa una reforma del euro, si significa que trabajaremos juntos para llevar la economía de la UE a un mayor éxito (...) o que cuando no haga mis deberes puedo llamarte y me ayudarás", dijo el primer ministro holandés, Mark Rutte, que encabeza la oposición a la reforma.

Rutte insistió en que están "en contra de los países que no hacen sus deberes" y llamó a "poner las finanzas nacionales en orden".

También los países nórdicos, los bálticos, Irlanda o Bélgica son, con distintos matices, reacios a reformas de calado.

Entre los temas por debatir hasta diciembre destaca la propuesta franco-alemana de un presupuesto para la eurozona, que rechazan varios países y hoy apenas se abordó.

Rutte reiteró que Holanda no lo ve necesario porque ya hay un presupuesto de toda la UE y dijo que los países "deberían ser estrictos en el gasto del dinero del contribuyente".

Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, destacó que, si bien no se menciona el presupuesto, la declaración recoge "explícitamente" la propuesta franco-alemana, algo que también subrayó Merkel.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, dijo que los países sí estuvieron de acuerdo en que lo que se necesita es un mecanismo que sea capaz de proteger la eurozona frente a "choques asimétricos", crisis que golpeen a un solo país, que "pueden ocurrir a la noche a la mañana".