La provincia de Málaga es líder en fomento del emprendimiento. Detrás de su cada vez más poderoso tejido empresarial hay un gran número de iniciativas, impulsadas con fondos europeos, nacionales y autonómicos, que tienen como principales protagonistas a los ayuntamientos y sus potenciales emprendedores como artífices y beneficiarios finales. No es casualidad que, por ejemplo, Torremolinos se convirtiese hace unos meses en sede de la primera aceleradora de empresas que pone en marcha la Fundación Pública Andalucía Emprende en toda la comunidad autónoma andaluza.

También es fruto de un trabajo que viene de largo la constitución de una red de coworkings, también con representación en el municipio torremolinense, pero al mismo tiempo en otras localidades del cinturón metropolitano de la capital costasoleña, como es el caso de Rincón de la Victoria, con el respaldo de los distintos consistorios y de la Escuela de Organización Industrial (EOI), dependiente del Gobierno central, además de los fondos comunitarios para mejorar la competitividad de los nuevos emprendedores.

Igualmente se ha reforzado durante la presente década la red de Cades donde la Junta de Andalucía presta asesoramiento, en materia de ayudas directas y de desarrollo empresarial, o instituciones como la Diputación de Málaga han puesto en marcha viveros de empresas. Es el caso de la constituida hace menos de un año en el perímetro del Parque Tecnoalimentario Costa del Sol-Axarquía, enclavado en el término municipal de Vélez Málaga. Málaga capital también dispone de su propia red de incubadoras de empresas, bajo el paraguas de Promálaga, Marbella ha impulsado su propio vivero empresarial y otros municipios, como Mijas, han cedido espacios a la administración autonómica para la puesta en marcha de otras incubadoras.

Hay mucho talento, pero la clave está en que jóvenes o potenciales emprendedores sin límite de edad reciban asesoramiento en la búsqueda de recursos y en la mejora de sus proyectos. En el Palacio de Congresos de Torremolinos, entre otros recintos públicos, hasta siete proyectos emprendedores y con la característica común de «ser innovadores en servicios y valores añadidos para la industria turística» prevén dejar de ser diamantes en bruto para brillar con luz propia. Así lo describen los asesores que en el día a día colaboran codo con codo con quienes están detrás de cada una de esas iniciativas.

Algún día estos nuevos talentos serán parte activa de la Marca Málaga, con el aliciente de que cuando estos brotes verdes salgan al mercado podrán presumir de haberse formado en su propio territorio de nacimiento o residencia. Lo expresan dirigentes de la Consejería de Economía y Conocimiento, a través de Andalucía Emprende, pero también los responsables municipales que en la Aceleradora de Empresas con sede en Torremolinos vieron una «oportunidad histórica».

Y es que el mencionado Palacio de Congresos representa como pocos espacios lo que es la confluencia de la formación con impulso de las distintas administraciones. A dicha iniciativa, hay que añadirle «el área integral» de emprendimiento que conforman el espacio coworking inaugurado por la EOI en noviembre de 2016 y las oficina del CADE. Así lo destaca el alcalde torremolinense, José Ortiz (PSOE).

Hace menos de un año que también se trabaja con intensidad, con la constitución de nuevas empresas en el horizonte, en el vivero de empresas El Ingenio, Trapiche de Vélez Málaga. Está enclavado en el Parque Tecnoalimentario Costa del Sol Axarquía y en una primera fase, en presencia del presidente de la Diputación de Málaga, Elías Bendodo, el delegado de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Javier Salas, el alcalde de Vélez Málaga, Antonio Moreno Ferrer (PSOE) y la edil de Empresa y Empleo, la andalucista María José Roberto, se cedieron las llaves a los tres primeros beneficiarios del proyecto. De un total de 11 potenciales empresarios, las primeras llaves fueron a las manos de Severiano Bolívar, con su proyecto de ingeniería y arquitectura, Salvador Mata, con un proyecto Aero-Line, y de Ragnaroek Consulting, otro proyecto de consultoría. Todos ellos son nombres propios de un futuro que también se escribe con letras de ilusión y de esfuerzo formativo.