La mayoría de los países de la UE se inclina por posponer hasta 2021 la abolición del cambio de horario que la Comisión Europea (CE) ha propuesto para 2019, y espera adoptar una postura consensuada al respecto en diciembre.

Ese es el principal resultado del primer debate político en la Unión Europea (UE) sobre la posibilidad de establecer un horario único durante todo el año, celebrado hoy en la reunión informal del consejo de ministros de Transporte que se tiene lugar hasta este martes n la ciudad austríaca de Graz.

"Tuvimos una discusión realmente útil, muy abierta y muy clara", declaró la comisaria europea de Transporte, Violeta Bulc, en rueda de prensa, donde resaltó que sobre este asunto la CE llevó a cabo la consulta ciudadana más popular hasta la fecha.

El 84% de los 4,6 millones de europeos que participaron en la encuesta se manifestó en contra de tener que "cambiar las agujas del reloj" dos veces al año, resultado que llevó a Bruselas a elaborar rápidamente una propuesta para adoptar un horario permanente a partir de abril de 2019, recordó Bluc.

"Todavía tenemos esperanzas en nuestro ambicioso plan, pero conoceremos la respuesta final en el consejo de diciembre (...) Tenemos que tener en cuenta ahora la posibilidad de que sea necesario más tiempo", indicó.

"Para poder tomar esta importante decisión se necesitan estudios y encuestas, que a su vez requieren tiempo. No hay duda de que estamos dispuestos a dar este tiempo a los países miembros", dijo.

La comisaria aludió así al planteamiento de los socios que abogan por atrasar el calendario, sobre todo porque algunos sectores, como el del tráfico aéreo y el de los sistemas informáticos, han advertido de que requerirán más tiempo de preparación técnica para adaptarse a la nueva situación.

En consecuencia, la presidencia austríaca ha propuesto este lunes el año 2021 como fecha para la entrada en vigencia de la abolición, confirmó el ministro austríaco de Transporte e Infraestructura, Norbert Hofer, en la misma rueda de prensa.

Según el ministro, una mayoría de países está a favor de abolir el cambio de horario y también cuenta con un "amplio apoyo" posponer el plazo para adoptar esa medida.

Otra propuesta es que la CE nombre una persona coordinadora para buscar armonizar al máximo la posible solución.

"No estamos proponiendo que toda la UE adopte de forma permanente el horario de invierno o el de verano, dejamos la libre decisión (al respecto) a los Estados miembros", recordó Bulc.

Riesgo de una fragmentación de horarios

Pero ante tantas posibles opciones se abre el riesgo es una mayor fragmentación en el mapa de horarios del continente respecto al actual, de tres franjas, sobre todo teniendo en cuenta que los países del norte de Europa podrían ser más proclives a mantener el horario de invierno y los del sur a quedarse con el de verano.

"Si nos despedimos ahora del cambio de horario, podría surgir un mosaico de remiendos, lo que sería devastador para el mercado interno", advirtió Hofer.

Explicó que, dado que no parece factible acordar una única zona horaria en toda la Unión, la idea en principio es mantener como marco las tres zonas actuales, que son la de Europa occidental (UTC), Centroeuropa (UTC+1) y Europa oriental (UTC+2).

Lograr ese objetivo requiere que los países se pongan de acuerdo con sus vecinos para optar juntos por una de las dos posibilidades, a saber, o bien por el horario de verano de forma permanente, o por el de invierno.

Bulc recordó que el régimen actual fue introducido para ahorrar energía durante la crisis del petróleo de la década de 1970, después de que ya se hubiese aplicado en algunos países en dos ocasiones anteriores, durante las dos guerras mundiales.

Pero los estudios científicos revelan que el ahorro energético es mínimo, cifrado entre el 0,1 % y el 0,2 %, resaltó la comisaria.

En cambio, las investigaciones científicas han evidenciado "claramente" que el cambio de hora requiere tiene un "impacto negativo en la salud de los seres humanos y los animales", señaló Hofer.