El expresidente de Bankia Rodrigo Rato ha insistido este martes en que el Banco de España conocía "las tripas" de la entidad ya que "tenía quince personas allí", y ha asegurado que si se acordó integrar a Bancaja fue por "instrucción" expresa del organismo.

Ante la sección cuarta de la sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, que este martes ha retomado el juicio por presunta estafa a inversores y falsedad contable en la salida a Bolsa, Rato ha recalcado que en el casi año y medio que estuvo al frente de Bankia nunca tuvo constancia de que el Banco de España dudase de los "trabajos técnicos" realizados por la entidad.

La primera parte del interrogatorio ha girado en torno al proceso de integración de las siete cajas de ahorro que dieron lugar a Bankia, Bancaja, Caja de Canarias, Caja Ávila, Caixa Laietana, las de Segovia y La Rioja, y Caja Madrid, de la cual fue presidente desde enero de 2010, y al que acudió "exclusivamente" para tener capital, al no existir otra alternativa.

"La integración era una oportunidad para crear una hucha o mochila para un entorno que se veía que iba a ser peor y que luego resultó aún mayor de lo que se podía imaginar", ha dicho el exministro en alusión al efecto de la crisis.

En tono airado y con continuos reproches a la fiscal Carmen Launa, que pide para él cinco años de prisión por estafa a inversores y a la que le ha llegado a pedir que concrete para no perder "más tiempo", Rato ha asegurado que la entrada de Bancaja a la fusión fría o SIP vino determinada por una "instrucción" del propio Banco de España.

En este sentido, ha relatado que "las instrucciones, el dinero -4.465 millones- y el control" de dicha integración, fueron "diseñadas" por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), partidario, igual que el Banco de España, de contar con la entidad levantina para el SIP ya que "era bueno una fusión más grande".

Asimismo, ha defendido que Bankia disponía de provisiones suficientes para cubrir posibles deterioros en tanto que las cajas realizaron "un saneamiento de 9.200 millones de euros en 2010 y de 3.900 millones en 2011", a lo que habría que sumar "los 4.600 millones del FROB y los más de 3.000 millones que traían en sus mochilas" estas entidades.

Ha remitido así a la calificación provisional de Anticorrupción, elaborada por el hoy jefe de esta fiscalía especializada, Alejandro Luzón, y en la que pedía penas de entre cinco años y dos años y siete meses de prisión para Rato y los otros tres antiguos administradores, José Luis Olivas, José Manuel Fernández Norniella y Francisco Verdú por presunta estafa pero no por falsedad contable.

En el documento, Luzón matizaba que las cuentas del grupo BFA-Bankia no podían calificarse "materialmente de falsas en la medida en que no vulneraban la normativa entonces vigente y cumplieron con las exigencias del regulador", el cual llegó a autorizar "expresamente" algunas decisiones que "no contribuyeron a que la imagen luciera adecuadamente".

Sin embargo, durante las cuestiones previas, Launa, ahora representante del Ministerio Público en el caso, abrió la puerta a acusar también por este delito, por el que el resto de acusaciones reclaman hasta doce años de prisión para una treintena de exdirectivos de la entidad y el socio auditor.

"Yo no soy miembro de la Comisión Ejecutiva del Banco de España", ha espetado Rato a la fiscal, quien -ha reprochado el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI)- "está diciendo que (el organismo) creía una cosa y decía otra".