Hoy vamos a comentar la actualidad del mercado cuando agosto y el verano agoniza, pues nos puede dar indicios de por irán los índices mundiales de renta variable hasta final de año.

Si algo destaca sobre manera, es la guerra comercial EEUU-China, o más bien Donald Trump-China, o quizá sería más apropiado Donald Trump-Resto del mundo, lo cual me hace recordar al villano de Vengadores, Thanos. Pues el último capítulo en materia comercial con el anuncio de China de nuevos aranceles a EEUU durante la sesión del viernes y la inmediata respuesta de Trump, que promete nuevas represalias, ha borrado los ligeros avances que acumulaban los índices europeos (+0%/+1% en la semana) y estadounidenses (planos a excepción del Nasdaq que cae un -1%). China ha anunciado la imposición de nuevos aranceles sobre 75.000 mln usd de productos importados de EEUU, parte de las cuales entrarán en vigor el próximo 1-sept y el resto a partir del 15-dic. Trump ha prometido nuevas represalias y queda en tela de juicio el reinicio de las negociaciones en septiembre. Todo ello reaviva los temores de recesión, en una semana en la que se ha vuelto a producir la inversión de la curva 2-10 años americana. La reacción negativa del mercado apenas se ha visto compensada por las palabras de Powell, que insiste en actuar para sostener la actividad económica.

Respecto a los datos macroeconómicos continúan teniendo una lectura negativa, lo que lleva al mercado a seguir confiando en el papel de los bancos centrales que han acaparado el protagonismo con el simposio anual de Jackson Hole, y que se suma a la reciente expectativa de estímulos fiscales para revertir la desaceleración actual. En la Eurozona se situaron por encima de las estimaciones (especialmente por las cifras de Francia) pero el componente manufacturero acumula ya siete meses en territorio de contracción. La mayor sorpresa negativa estuvo en EEUU con el manufacturero perdiendo por poco la cota de 50 (49,9) por primera vez desde 2009, mientras que el de servicios también decepcionó.

Por otro lado, esta semana el Bundesbank, en su informe mensual, señalaba que el PIB alemán podría seguir retrocediendo el 3T19 lo que implicaría la entrada en recesión técnica de la principal economía europea e incrementa las expectativas que el mercado tiene depositadas en la actuación del BCE. A los estímulos monetarios se añade la posibilidad de medidas de corte fiscal. En Alemania el gobierno de Merkel ha señalado que se considerarán como dique de contención si la situación se agravase, mientras que en EEUU se rumoreaba que la administración Trump estaba estudiando diversas medidas para sostener el crecimiento, comentarios que posteriormente fueron desmentidos.

Más problemas, el Brexit. Esta semana Johnson se ha reunido con Merkel y Macron, en unos encuentros previos al G7 que se celebra en Biarritz del 24 al 26 de agosto. Johnson sigue defendiendo que el Reino Unido abandonará la Unión Europea el próximo 31 de octubre con o sin acuerdo, como medida de presión para alcanzar uno nuevo que reconsidere la salvaguarda irlandesa, algo que Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, ha rechazado en reiteradas ocasiones y es el principal escollo en unas negociaciones que ahora mismo se encuentran paralizadas. Según Bloomberg, el ejecutivo francés considera la salida sin acuerdo como escenario central, mientras Merkel confía en que se logre alcanzar un acuerdo.

Y un problema nuevo, la crisis política en Italia. Compareció esos días el primer ministro italiano, Guiseppe Conte, ante el Senado para explicar la crisis de gobierno y anunciaba su dimisión, poniendo fin a un gobierno de coalición que ha durado poco más de un año. A partir de ese momento el Presidente de la República, Sergio Mattarella, ha iniciado una ronda de contactos para explorar si existe otra mayoría parlamentaria. El abanico de posibilidades es amplio pero el escenario más probable pasa por la formación de una nueva alianza sin la necesidad de volver a pasar por las urnas entre el Movimiento Cinco Estrellas y el Partido Democrático, con el respaldo de otros partidos minoritarios. El mercado ha reaccionado con recorte de TIRes (-9 pbs en la semana hasta 1,30%) y el diferencial con Alemania también recorta posiciones por debajo de los 200 pbs. Por su parte la bolsa italiana ha registrado la mayor revalorización semanal de entre los índices europeos. El mercado cotiza la menor probabilidad de elecciones anticipadas y la formación de un nuevo ejecutivo que elabore los presupuestos del año que viene dentro del marco establecido por Bruselas.

Así, con todo esto, y lo que surja nuevo, nuestra visión de los mercados es de un riesgo de deterioro del ciclo, especialmente en Europa, con unos indicadores adelantados que siguen mostrando debilidad, especialmente en el sector manufacturero que sufre por las tensiones comerciales y la incertidumbre respecto al Brexit. El riesgo está en que esta desaceleración acabe trasladándose al sector servicios, que hasta ahora se ha mantenido relativamente sólido y, por extensión, afecte a los resultados empresariales y sus valoraciones.

Por ello, continuamos recomendando cautela hasta ver un suelo en la desaceleración cíclica y mantenemos nuestra postura defensiva a la espera de mejores niveles de entrada en base a fundamentales sólidos tanto a nivel micro como macro. La guerra comercial, que sigue elevando la confrontación entre las dos potencias mundiales, y los mensajes procedentes de los bancos centrales, con las reuniones que tanto la Fed como el BCE celebran en septiembre, serán claves para poder asistir a cierto rebote en las bolsas.