La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) dio este martes un paso al frente en medio de la creciente preocupación de un frenazo económico por la expansión global del coronavirus, con un recorte de emergencia de medio punto en los tipos de interés, algo no visto desde la crisis financiera de 2008-2009.

"El brote está alterando la actividad económica en muchos países y seguramente lastrará la actividad económica aquí y en el exterior durante algún tiempo", dijo Jerome Powell, presidente de la Fed, en una rueda de prensa tras la sorpresiva decisión de estímulo monetario, que tuvo lugar después de que las economías más desarrolladas del mundo, integradas en el G7, celebraran una reunión de coordinación.

La comparecencia de Powell se produjo poco después de que el banco central estadounidense anunciara un recorte de tipos de interés de medio punto, hasta situarlos en una horquilla entre el 1 % y el 1,25 %. "La magnitud y persistencia de los efectos generales de la epidemia del coronavirus sobre la economía, sin embargo, es de elevada incertidumbre y la situación se mantiene fluida", agregó.

No obstante, Powell reconoció que se está comenzando a constatar un frenazo en los sectores del turismo y los viajes, y una preocupación de las industrias que dependen de las cadenas de suministro globales. La próxima reunión de política monetaria de la Fed está prevista para el 17 y 18 de marzo.

Poco entusiasmo

Los mercados recibieron la noticia con poco entusiasmo y, tras las subidas iniciales, el Dow Jones de Industriales, el principal indicador de Wall Street, volvía a los número rojos.

"Lo que consigue (el recorte) más que otra cosa es mejorar la confianza y dar tiempo a las autoridades fiscales para pensar en una respuesta a las consecuencias económicas del virus. Necesitan el apoyo de medidas fiscales. No creo que por sí solo el recorte vaya a ser capaz de elevar el impacto económico negativo", dijo Solita Marcelli, jefa adjunta de inversión en EUEU de UBS Global Wealth Management, en declaraciones a la cadena CNBC.

A primera hora del martes, el presidente de la Fed y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, habían liderado la reunión de coordinación con los ministros de Finanzas y banqueros centrales del G7 (Alemania, Canadá, EEUU, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) para analizar el impacto del virus.

Al término, el G7 emitió un comunicado conjunto en el que aseguraron estar listos para tomar iniciativas, "incluidas medidas fiscales cuando sea apropiado", para dar respuesta a la epidemia y apoyar al crecimiento económico durante esta fase de la enfermedad.

Los bancos centrales continuarán cumpliendo sus mandatos y apoyarán "la estabilidad de precios y el crecimiento económico mientras mantienen la capacidad de recuperación del sistema financiero", sin ofrecer más detalles. La decisión de la Fed, el banco central más poderoso del mundo, se produce tras el recorte de tipos anunciado por Australia y confirma la creciente inquietud acerca de un posible frenazo económico que puede desembocar en recesión.

Pese a esta rebaja, el presidente estadounidense, Donald Trump, reiteró sus críticas al banco central por considerarla insuficiente. "Más estímulo y más recortes. La Fed necesita liderar", exigió Trump en un acto con autoridades locales en Washington.

Aerolíneas y empresas turísticas

La expansión del coronavirus ha afectado especialmente a las aerolíneas y a las empresas turísticas -por el descenso en los movimientos de personas-, pero también a las petroleras -por la bajada del precio del crudo- y a los bancos, principales perjudicados de una eventual relajación de la política monetaria.

También el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) aseguraron este lunes estar "listos" para ayudar a encarar "la tragedia humana y los desafíos económicos" que plantea el coronavirus, con todos los "instrumentos disponibles".

Las últimas previsiones de crecimiento de la institución internacional, presentadas a finales de enero, anticipan una expansión global del 3,3 % para este año, tras el 2,9 % de 2019, pero ya ha advertido que se verán probablemente reducidas por el virus.

La expansión del coronavirus, surgido en China, continúa y ya tocó la puerta de países que no habían registrado primeros casos de contagio y lo confirmaron este lunes: Marruecos, Arabia Saudí, Jordania y Senegal con ciudadanos procedentes de Italia o Irán.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se mantiene vigilante pero prudente ante la situación de declarar o no una pandemia, pues el paso del virus por 71 países ya ha infectado a 90.000 personas y ha elevado el número de muertos a 3.200 en todo el mundo, la gran mayoría en los dos casos en China.

Los países más afectados tras el gigante asiático son Corea del Sur (4.212 casos, 476 de ellos diagnosticados en las últimas horas), Italia (1.689 casos y 561 nuevos), Irán (978 casos y 385 nuevos) y Japón (254 casos y 15 nuevos).