El Ministerio de Trabajo, patronal y sindicatos finalizan una nueva reunión sin acuerdo para prorrogar los ERTEs de la COVID. El equipo de Yolanda Díaz apura las negociaciones para lograr sumar a la patronal al acuerdo que ya tiene encarrilado con los sindicatos para renovar los incentivos a los expedientes hasta el 30 de septiembre. Tras todo un día de contactos, entre una reunión presencial matutina y una tarde de llamadas y mensajes por teléfono entre el Ministerio de Trabajo y los agentes sociales, Yolanda Díaz no ha logrado este miércoles conseguir la firma de CEOE. 2,2 millones de trabajadores continúan actualmente en ERTE y están a expensas del acuerdo. Los contactos han sido al más alto nivel y este jueves está previsto que CEOE, CCOO y UGT den su respuesta final, tras subir este miércoles Trabajo a última hora su oferta. Las condiciones de esta última prórroga de los ertes mejoran las de la anterior; con más exoneraciones para las empresas y mayores garantías para el empleo.

Las negociaciones no están siendo fáciles y a lo largo de la jornada de este miércoles ha habido momentos en los que la patronal estaba más fuera que dentro del acuerdo. El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, salió de la última prorroga con críticas en el seno de su organización sobre las condiciones del mismo y en esta ocasión la patronal está siendo más reticente. En un último movimiento, Trabajo ha incluido la posibilidad de mantener las exoneraciones para las empresas en ERTE total y ha mejorado la cobertura para los parciales para satisfacer a CEOE. El objetivo de Yolanda Díaz es poder llevar a un Consejo de Ministros, que tendrá que ser convocado de manera extraordinaria, la fotografía de unidad entre los agentes sociales. Dos semanas ha pospuesto Trabajo tirar por la vía unilateral y cerrar el asunto, pues el calendario de Díaz pasaba por tener aprobada la prórroga ya el pasado 16 de junio.

Para convencer a CCOO, UGT y especialmente a CEOE, el Gobierno ha incrementado la cobertura de las exoneraciones respecto a sus primeras propuestas y las ha extendido a los ERTEs por causas objetivas. El cruce de documentos ha sido una constante durante las últimas semanas y hasta cuatro borradores se han intercambiado en la mesa de diálogo social, según ha podido saber EL PERIÓDICO. Las últimas cifras, según han explicado fuentes presentes en las negociaciones, incluyen exoneraciones de cotizaciones de entre el 60% y el 40% para las compañías en el caso de que desafecten trabajadores y según su tamaño. En el caso de que no los desafecten, las exoneraciones serán de entre el 40% y el 25%, a partir del 30 de junio y hasta el 30 de septiembre o el final del expediente.

Fuentes presentes en la negociación han explicado que la propuesta puesta encima de la mesa por Trabajo es de mantener los mismos porcentajes de cobertura de las exoneraciones hasta septiembre, aumentando así la protección que incluía el último acuerdo. Pues este reducía los márgenes de un mes a otro. Es decir, con las condiciones actuales hasta el 30 de junio, las exoneraciones eran mayores en mayo que ahora en junio.

Otro movimiento con el que Trabajo ha buscado la firma de patronal y sindicatos es recuperando las exoneraciones para las empresas que permanecieran en ERTE total. Aunque con porcentajes inferiores, del 80% para las compañías de menos de 50 trabajadores y del 70% para las de mayores plantillas. Trabajo ha vuelto a poner encima de la mesa este elemento, según cuentan fuentes presentes en las conversaciones, pese a que inicialmente defendió que en la actual fase de desescalada carecía de sentido. Algo que levantó el rechazo frontal de la patronal, que opina que la falta de demanda en sectores determinados imposibilita la reapertura. Como es el caso de los grandes hoteles, que con los actuales niveles de turismo no ven en muchos casos la rentabilidad mínima para cubrir los costes de una reapertura.

Una de las novedades es que a los ERTEs de causas objetivas les será de aplicación el mismo esquema de exoneraciones de cuotas empresariales de los ERTE de fuerza mayor y en los mismos porcentajes. Los ERTE de causas objetivas pasarían así a tener exenciones de cuotas, antes sólo aplicables a los ertes de fuerza mayor. El objetivo es facilitar la transición de los segundos a los primeros ahora que ya ha finalizado el estado de alarma. Así, de acuerdo con el borrador del Ejecutivo, las empresas y entidades afectadas deberán proceder a reincorporar a los trabajadores, primando los ajustes en términos de reducción de jornada.

Las horas extras, vetadas

Las garantías al empleo están siendo otro ‘hueso’ durante las negociaciones, debido al rechazo de CEOE. Al compromiso de mantenimiento de la ocupación ya existente, que limita los despidos en un plazo de seis meses para aquellas empresas que se hayan acogido a un ERTE, Trabajo ha añadido nuevas condiciones. Las compañías que continúen en ERTE no podrán plantear horas extras, ni subcontratar o externalizar parte de su actividad principal durante el mismo. También tendrán la obligación de prórrogar los contratos temporales que venzan durante el ERTE el tiempo equivalente a la duración del mismo. Elementos que se extenderían a los ERTEs por causas objetivas y que han defendido como imprescindibles los sindicatos.

Todas estas cuestiones han imposibilitado hasta ahora el acuerdo, pues generan un manifiesto rechazo en el seno de la patronal, que ya vivió sus diferencias internas con la anterior prórroga debido a ello. Los empresarios entienden que estas cláusulas de garantía del empleo son un lastre para sus compañías, pues pese a las facilidades para acogerse a un erte habilitadas por el Gobierno y a costa del erario público, consideran que habrá empresas que necesitarán recurrir a despidos para cuadrar balances antes de finalizar el año. La interpretación de esa fecha de los seis meses sin poder despedir también ha sido motivo de disputa, pues Trabajo ha pretendido poner el contador a cero desde el 30 de junio.

Los últimos borradores presentados por Trabajo contemplan que las prestaciones por desempleo asociadas a los ertes (que se conceden sin necesidad de cumplir el periodo de carencia y que implican 'contador a cero') se mantendrán hasta el 30 de septiembre, salvo las de los fijos discontinuos, que se prolongarán hasta el 31 de diciembre.