¿Cómo ha sido el papel del colectivo de Graduados Sociales durante estos cuatro últimos meses?

Hemos demostrado que somos una profesión esencial como los profesionales de otras actividades. Asumimos la representación y el asesoramiento a las pymes y a los trabajadores. Trabajamos en el procedimiento sobre los Ertes a aplicar, con jornadas sin descanso, de 14 o 15 horas, pendientes de un BOE que ha estado publicando una cantidad enorme de normativas que a los pocos días eran cambiadas. Estamos descontentos con comportamientos que ha tenido el Ministerio porque no ha sido consciente del volumen de trabajo que ha generado, además sin medios ni herramientas adecuadas porque las plataformas telemáticas estaban colgadas prácticamente todo el día. A esto hay que añadirle que enfrente teníamos administraciones públicas cerradas, teléfonos colapsados y cuentas de correo electrónico desbordadas.

¿Cómo han gestionado los innumerables cambios de normativa fiscal, laboral, etc. que se han producido durante todo el estado de alarma?

Desde el Colegio hemos puesto en marcha varias acciones: en primer lugar, establecimos grupos de whatsapp en las diferentes comarcas para organizar una línea de comunicación entre el Colegio y los colegiados de todas las zonas de Málaga. También organizamos un servicio de atención personalizado a través de un correo electrónico donde los profesionales planteaban dudas sobre el trabajo que se llevaba a cabo en esas semanas. Tuvimos un contacto permanente con jefes, directores y responsables de organismos como el SEPE, Seguridad Social, Trabajo, etc. para que nos comentaran las últimas novedades que iba aprobando el gobierno. Apostamos por la formación continua de los compañeros de forma telemática con todos los organismos involucrados en nuestro día a día.

¿Cómo se presenta el futuro más inmediato para los Graduados Sociales?

Con las mismas dificultades. La Administración sigue sin aparecer. Continúan los problemas de comunicación, oficinas cerradas, cita previa, trabajadores que no han cobrado el Erte, etc. Nuestra actividad sigue siendo frenética y sentimos mucha incertidumbre con las empresas. La realidad económica todavía no ha vuelto a la normalidad ni mucho menos.

¿Cuáles son los objetivos a corto plazo de su colectivo?

Echamos en falta un reconocimiento por parte de la Administración. Toda esta inseguridad jurídica ha hecho que se adoptaran medidas sin tenernos en cuenta. Creemos prioritario que se desarrolle reglamentariamente la reforma que se hizo en 2015 de la Ley de Enjuiciamiento Civil por la que los Graduados Sociales pasan a formar parte del turno de oficio de la asistencia jurídica gratuita solamente en la jurisdicción social. Lleva pendiente cinco años.

¿Cuáles son las claves que tienen que adoptar las empresas malagueñas para salir y paliar la crisis producida por la pandemia?

Hay que reinventarse. Las pequeñas y medianas empresas ya se han adaptado a la nueva normativa sanitaria, lo que ha supuesto un extra de recursos y de dinero, una inversión importante. Los hábitos que se impusieron durante el confinamiento han venido para quedarse. El comercio online también se ha ganado un sitio de privilegio en muchos de nuestros clientes. A pesar de todo esto, muchas pequeñas y medianas empresas van a tener que seguir recibiendo ayudas para sobrevivir hasta que se logre una vacuna.