Tras 75 años de actividad, la empresa Duralex, famosa por sus vajillas de vidrio templado, ha sido declarada en quiebra por un tribunal comercial de Orleans.

El origen de la empresa fue el fabricante de cristal Saint-Gobain, que en el año 1939 desarrolló una novedosa técnica de vidrio templado a 700 gramos y enfriado súbitamente, un proceso que aporta una resistencia especial y en caso de rotura crea unos fragmentos minúsculos que reducen la posibilidad de cortes.

Pero no fue hasta 1945 cuando esa nueva técnica se aplicó a la producción de vajillas que hasta ese momento se fabricaban en loza o cerámica, Un auténtico hallazgo que se popularizó en la Francia de la posguerra debido a su bajo coste.

Inicialmente, las vajillas eran de cristal transparente, pero a partir de los años 50 se comenzaron a comercializar vajillas de color verde y ámbar, esas vajillas tan características que entraron en todos los hogares españoles.

En su máximo apogeo, la producción de la empresa era llevada por 1.500 personas. Y, por supuesto, su expansión llegó a España, más concretamente a Azuqueca de Henares (Guadalajara) donde hubo una filial española con 500 trabajadores.

Sin embargo, a finales de 1990, después de ser vendida por su dueño, la popular vajilla comenzó su declive. Los nuevos propietarios la llevaron a los números rojos y en 2007 se inició la fase de liquidación judicial, poniendo fin así a una las empresas más icónicas del siglo XX.