La pandemia va a provocar la salida de 1.600 trabajadores de la aerolínea portuguesa TAP hasta finales de este año, de los que ya han abandonado el grupo 1.200, avanzó hoy el ministro de Infraestructuras luso, Pedro Nuno Santos.

Santos desveló la cifra en una audición en el Parlamento en la que analizó la situación del grupo TAP, del que el Estado portugués posee ahora el 72,5 % del capital, después de aumentar su presencia ante el fuerte impacto sufrido por la crisis de la covid-19.

El ministro señaló que el grupo, que contaba con unos 10.600 trabajadores, cerrará el año con 1.600 empleados menos, ya que es necesario redimensionar la empresa.

"No podemos mantener empleos que después no tienen trabajo", dijo.

El acuerdo alcanzado entre el Gobierno luso y los accionistas privados para aumentar la presencia estatal en el capital prevé además una inyección de 1.200 millones de euros.

A cambio, TAP tiene que presentar un plan de reestructuración a la Comisión Europea antes del 10 de diciembre.

El titular de Infraestructuras aseguró este jueves que el plazo será cumplido y subrayó que el objetivo es garantizar la sostenibilidad de la empresa, que está operando actualmente al 30 %.

TAP llegó a aplicar un "lay-off" (suspensión temporal de contrato) al 90 % de su plantilla en los primeros meses de la pandemia.

Cuando acabó el plazo legal para acogerse a este régimen, el grupo aéreo reincorporó a sus trabajadores pero aplicó reducciones de horario y sueldo.

Además del Estado portugués, conforman el accionariado del grupo el empresario luso Humberto Pedrosa (22,5%) y trabajadores de la empresa (5 %).

TAP registró pérdidas de 582 millones de euros en el primer semestre, cinco veces más que un año antes.