El déficit del Estado alcanzó los 56.291 millones de euros entre enero y septiembre, una cifra que equivale al 5,09 % del PIB y que multiplica por siete la del mismo periodo de 2019 (8.276 millones).

Según los datos publicados este viernes por el Ministerio de Hacienda, el repunte del déficit, marcado por los efectos de la pandemia de la covid-19, se produce tras registrarse un desplome de los ingresos del 12,3 % y un aumento de los gastos del 18,5 %.

En términos primarios -es decir, sin tener en cuenta el coste de la deuda- el Estado cerró septiembre con un déficit de 39.376 millones, frente al superávit primario de 10.495 millones de un año antes.

En los nueve primeros meses del año el Estado ingresó 132.381 millones de euros, un 12,3 % menos, una caída que se eleva hasta el 13,4 % si se descuenta el efecto de la reversión al Estado de dos tramos de autopistas de peaje.

La recaudación tributaria cayó en este periodo un 14 %, lo que equivale a una pérdida de 17.811 millones después de que los ingresos por IVA bajaran un 14,3 %, y los de IRPF, un 21,7 %, en este caso afectados no solo por la pandemia, sino también por las mayores entregas a cuenta a las comunidades autónomas.

La recaudación del impuesto de sociedades se redujo un 2,6 %, un descenso que se dispara hasta el 11,3 % si se descuentan efectos extraordinarios de resoluciones judiciales y devoluciones.

En estos nueve meses también disminuyeron los ingresos por impuesto de hidrocarburos (un 17 %), sobre la electricidad (10,8 %) o sobre la renta de no residentes (32 %).

Entre enero y septiembre el Estado gastó 188.672 millones, un 18,5 % más que en 2019, un repunte de 29.505 millones de los que 23.800 millones están relacionados con la pandemia, principalmente por transferencias a la Seguridad Social y las comunidades autónomas.

Así, las transferencias del Estado a otras administraciones ascendieron a 120.641 millones, 29.149 millones más, en su mayor parte relacionadas con la pandemia, y dirigidas, además de a la Seguridad Social y las comunidades autónomas, al Instituto de Salud Carlos III, la inspección de trabajo o las corporaciones locales.

El gasto en consumos intermedios se incrementó un 16,7 %, hasta los 4.264 millones, debido a los gastos de la pandemia, y la remuneración de asalariados se elevó un 0,9 %, hasta los 13.752 millones, tras la subida salarial.

Hacienda también ha publicado los datos de la ejecución presupuestaria del conjunto de las administraciones públicas hasta agosto, con la excepción de las corporaciones locales, cuyos datos aún no están disponibles.

En estos ocho meses el déficit público ascendió a 78.127 millones, un 7,07 % del PIB y el triple que en el mismo periodo de 2019 (25.649 millones).

El mayor aumento correspondió a la administración central, que disparó su déficit hasta el 5,52 % del PIB, cuatro veces el de 2019, mientras que los Fondos de la Seguridad Social triplicaron el suyo hasta el 1,74 % del PIB.

Las comunidades autónomas, por el contrario, se anotaron un superávit de 2.097 millones, un 0,19 % del PIB, gracias a las mayores entregas a cuenta y las transferencias del Estado para hacer frente a la covid-19.

Las comunidades autónomas han cifrado en 4.851 millones de euros el gasto en sanidad derivado de la pandemia, de los que 1.206 millones se concentran en Madrid.

Al cierre de agosto solo cuatro comunidades autónomas registraban déficit: País Vasco y Navarra -que no tienen el efecto de las entregas a cuenta-, Murcia y Castilla-La Mancha.