La start-up valenciana Cocircular se ha especializado en la gestión del reciclaje de los residuos que generan las obras. La Unión Europea obliga a que el 70% de los desechos de los materiales de construcción se reciclen y en España el porcentaje de reciclado apenas llega al 30 % a pesar de que las constructoras se enfrentan a multas de hasta 600.000 euros.

La firma nació a iniciativa de un grupo de emprendedores valencianos con inquietudes en economía circular, que se plantearon qué hacer con los materiales sobrantes de las obras. Es ahí donde entra en acción la arquitecta técnica Paula Sánchez Collado, a quien proponen el reto de encontrar un modelo de negocio para el reciclaje de residuos.

Sánchez comprobó que hay un nicho de mercado claro por la legislación europea y el desconocimiento del sector de sus obligaciones de reciclaje y asumió la dirección de Cocircular. La empresa nació en 2019 y en sus primeros meses facturó 20.000 euros. Este año lo va a cerrar con 100.000 euros; el próximo prevé alcanzar 1,5 millones y en dos años espera llegar a 5 millones. La empresa incorpora valores inclusivos y los cinco puestos directivos están ocupados por mujeres.

El sector de la construcción genera cada año 45 millones de toneladas de residuos en España y 800 millones de toneladas en Europa, esto supone entre el 25% y el 30% de todos los desechos que acaban en los vertederos. El Gobierno aprobó en 2008 un real decreto que regula la producción y gestión de los residuos de construcción y demolición y que prevé las sanciones por su incumplimiento. Sin embargo, ha pasado desapercibido. "Es tremendo porque ni se ha cumplido ni se conoce en el sector", asegura la directora de Cocircular. Ahora la situación está cambiando por las directrices de la Unión Europea.

La responsable de la compañía incide en que es un cambio de concepto que implica pasar de la economía lineal que genera sin control residuos con un "impacto tremendo" en el medioambiente a una economía circular en la que se intenta reaprovechar todos los materiales.

"Hemos arrancado en un momento clave. La Unión Europea ha impulsado un anteproyecto de economía circular con medidas que se tienen que cumplir y la ONU ha lanzado los objetivos y metas de desarrollo sostenible (ODS) que inciden en la lucha contra el cambio climático", subraya Paula Sánchez.

El primer proyecto de Cocircular fue en abril de 2019 con Marina Nou Fontana, que es la empresa encargada del mantenimiento del puerto de Xàbia (Alacant). Desde ese momento se han multiplicado los encargos y trabaja en la retirada de los desechos de proyectos de construcción de firmas como Obremo, Grupo Marjal, Ferrovial, Rodio Kronsa, Blauverd, Ecobloc Catalunya o Everis. En València se ha hecho cargo de la gestión de los escombros del rascacielos de Ricardo Bofill que promueve la inmobiliaria Kronos en uno de los accesos de la capital (la avenida de las Corts Valencianes).

La cifra de negocio para los próximos años es optimista porque han desarrollado un plan de escalabilidad con un equipo con experiencia en el crecimiento exponencial de empresas. La firma, que está inmersa ahora en una ronda de financiación de medio millón de euros, tiene presencia en Bilbao, Madrid, Málaga y València y en el 2021 va a desembarcar en Barcelona. Los servicios que presta van desde los 3.000 a los 20.000 euros. La gestión de una promoción de cien viviendas cuesta 10.000 euros cuando las sanciones a las que se enfrentan las empresas incumplidoras son de entre 3.000 y 600.000 euros.

Las compañías que utilizan los materiales reciclados lo hacen por responsabilidad social corporativa, ya que son más caros. De las obras se pueden reutilizar los sobrantes de vidrio para gresite; los plásticos que envuelven los materiales de construcción, para mobiliario urbano; la madera, para tableros de conglomerado y la cerámica y el hormigón, para el rellenado de canteras. Cocircular logra el aprovechamiento del 82 % de los desechos.