Crisis energética

Bruselas enfría los planes de España para retocar el mercado de la luz

Según la comisaria de energía, Kadri Simson, el modelo actual sirve para garantizar el suministro y evitar el riesgo de apagones

Kadri Simson, comisaria europea para la Energía.

Kadri Simson, comisaria europea para la Energía. / EFE

Silvia Martínez

La Comisión Europea analizará las últimas propuestas planteadas por el Gobierno de Pedro Sánchez al resto de socios europeos para frenar la escalada del precio de la luz pero de momento avanza que modificar el sistema marginalista, para desvincular el precio que marca el gas, tal y como propone España, podría poner en riesgo la predictibilidad del sistema, la seguridad en el suministro, la transición a las energías limpias y aumentar el riesgo de apagones.

“No está del todo claro cómo un sistema con precios para distintas fuentes de energía podría funcionar en la práctica y si sería una alternativa mejor al sistema tal y como está diseñado ahora”, ha respondido este martes la comisaria de energía, Kadri Simson, durante la rueda de prensa posterior a la reunión extraordinaria de ministros de energía de la UE celebrada en Luxemburgo. El encuentro ha servido para constatar la división que reina entre los Veintisiete en cuando al diseño del mercado europeo del gas y la electricidad.

España ha pedido al resto de socios libertad, en esta “situación extraordinaria”, para desacoplar los precios de la electricidad de los del gas -la tecnología más cara y que marca el precio de las demás- con el objetivo de rebajar la factura de la luz. “Un cambio en el modelo actual puede generar un riesgo a la predictibilidad del mercado, la competitividad y la transición a energías verdes”, ha insistido Simson que considera que “el modelo actual garantiza que casan en todo momento la oferta y la demanda”, algo crucial “para garantizar la seguridad en el suministro” y evitar “situaciones de riesgo como apagones”.

Complejidad del gas

Bruselas también ha expresado sus dudas en cuanto a la creación de una plataforma de suministro de gas, aunque es uno de los elementos que forman parte del debate abierto por el Ejecutivo comunitario de cara a la revisión del mercado del gas que presentará a mediados de diciembre. “Debemos analizar las ventajas e inconvenientes. Hay muchos problemas que considerar. Hay que ver quien paga el transporte del gas, el almacenamiento… Estamos explorando esta posibilidad y otras para que nuestro sistema de abastecimiento sea más resiliente” pero antes “escucharemos a los países para saber a cuáles les gustaría participar en un régimen voluntario”, ha explicado. 

Antes, de esa revisión Bruselas presentará varios informes intermedios sobre el funcionamiento del gas y la electricidad que servirán para alimentar la reunión de ministros de energía de diciembre y la próxima cumbre de jefes de estado y de gobierno. Los 27 confían en disponer para entonces de una fotografía más precisa, con datos sobre la evolución del sector, aunque el número de países reacios a emprender una reforma profunda sigue creciendo. A los nueces países que este lunes emitieron una declaración rechazando la reforma del mercado de la electricidad -Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, Estonia, Holanda, Letonia, Irlanda y Luxemburgo- se han sumado otros tres: Suecia, Bélgica y República Checa.

“Creo que el gobierno español está prometiendo de más al decir que las compras conjuntas de gas solventarán la crisis. Lo que resolverá la crisis son inversiones en eficiencia y lo que España necesita más son interconexiones”, ha afirmado el ministro luxemburgués Claude Turmes. Según su diagnóstico, crear una plataforma de compras conjuntas llevaría años y plantearía problemas complejos como el del almacenaje y lo que necesita España son más interconexiones con la Europa continental. “Lo interesante en el mercado ibérico es, ¿por qué tiene Portugal unos precios de la energía para los consumidores mucho más bajos que España? Creo que España tiene también un problema nacional” y que “Portugal tiene un sistema mejor", ha valorado.